Un rato de fragilidad derrumbó a Racing en su paso por Tucumán
Perdía 3 a 0 y descontó con un cabezazo de Lautaro Martínez. Pero no tuvo eficacia para, al menos, llegar al empate
Análisis La cara de Diego Cocca al final del partido lo decía todo. También las pocas palabras que cruazaron los jugadores cuando se juntaron en la mitad de la cancha para luego abandonar el terreno de juego. Racing, una vez más, volvió a perder: fue 3-1 ante Atlético Tucumán, que en apenas 20 minutos desnudó todas las flaquezas de la Academia. El campeonato, este que lidera con comodidad Boca, quedó muy lejos en tan solo 7 fechas. La eliminación en Copa Argentina contra
Olimpo es una herida que todavía duele. Entonces, queda solamente una esperanza: la Sudamericana. El miércoles, en el Cilindro, la Academia se juega mucho más que la ilusión de abrazar un título internacional. No se puede disimular la crisis deportiva de Racing. Los resultados son malos y el rendimiento del equipo es aún peor. Ya nadie se escapa de las críticas: ni el entrenador laureado ni el capitán y emblema. Porque Cocca y Licha López también son apuntados por los hinchas. Así las cosas, el partido del próximo miércoles ante Libertad de Paraguay por Copa Sudamericana asoma como vital para el proyecto. Una eventual eliminación podía terminar ciclos. El presidente Víctor Blanco avisó que no despedirán al DT campeón en 2014, pero habría que medir las energías de Cocca en caso de una dolorosa derrota.
Sabía Cocca que un cachetazo en Tucumán podía dejar secuelas. Por eso no especuló y mandó a la cancha a muchos de los titulares. Solo le dio descanso a Licha. Ahora, Racing llega al partido más importante del semestre abatido. Con muchas dudas
y casi ninguna certeza. Con la necesidad de ganar sí o sí. A partir de esta noche, la Academia se concentrará en un hotel de Pilar y se entrenará ahí. Algo similar a lo que ideó Marcelo Gallardo en la previa de la vuelta ante Jorge Wilstermann. ¿Resultará?
Y del otro lado estaba Atlético, que no venía jugando bien en la Superliga. Por eso tenía como objetivo trasladar todo lo bueno que había realizado en las copas Libertadores, Sudamericana y Argentina al torneo local. Y lo hizo. Dejó atrás el cuco de la derrota (no ganaba desde el primer partido ante Godoy Cruz) y, en Tucumán, se llevó por delante a la Academia.
Pero gran parte del triunfo fue por Favio Álvarez, el rubio platinado que en el José Fierro aportó su cuota de magia y una dosis de sorpresa. Porque el enganche supo desmarcarse siempre ante el asedio de la (floja) defensa de la visita para dejar en soledad a sus compañeros con pases entre líneas. Jugó un poco más retrasado y en una posición flotante en la cancha; fue dueño de la pausa y sorprendió cada vez que tuvo la pelota.
Fue así que el volante cordobés marcó el primer tanto cuando arrancaba el primer tiempo y luego -magia de por medio- asistió a Guillermo Acosta para que ampliara la diferencia. Era una máquina Atlético, que iba por más. Porque en una jugada desafortunada, Miguel Barbieri mandó la pelota contra su propio arco y puso el 3-0. Iban 20 minutos.
Parecía que Atlético se iba al descanso con diferencia de tres, pero llegaron dos malas noticias: primero, la lesión de Cristian Lucchetti Y luego, en el tiempo agregado por el árbitro Fernando Echenique, Lautaro Martínez descontó. ¿Iba a ser otro el partido en la segunda parte? Sí.
Llegó el complemento y la posesión de la pelota se trasladó para los de Diego Cocca, que salieron a buscar el segundo. Pero para suerte del “Decano”, los de Avellaneda no estuvieron finos en la definición (salvo unos remates de Pillud y Martínez) y se fueron con las manos vacías del José Fierro, que volvió a ver, después de seis fechas sin victorias, a su equipo ganar. Y mostró, porqué no, cómo Racing lució su fútbol en baja también en Tucumán.