Sampaoli fue a ver a Messi pero esta vez no hubo goles ni show
Tampoco Banega hizo buen partido. Pizarro, fuera de la lista para la gira, hizo el gol andaluz. Doblete de Alcácer.
Ahí, sentado en una de las plateas del Camp Nou, cobijado de la lluvia, Jorge Sampaoli luce la cara seria de un analista en funciones. En el campo de juego, Barcelona no ofrece encantos y Lionel Messi no parece el crack que la historia cuenta. En su partido número 600 con el gigante catalán, no ofrece goles y no brinda una actuación propia de sus brillos habituales.
Esa escena, en pleno sábado catatos no es -sin embargo- una preocupación. Al entrenador de la Selección le resulta más relevante qué pasa con otros convocados y convocables. Lo sabe, lo entiende, lo expresa: Messi siempre es Messi. Es decir, se trata de una garantía.
En la cita contra el Sevilla de Eduardo Berizzo, el superhéroe fue otro. Un periférico, un outsider de las tapas de los diarios: “Paco Alcácer da tres pun- de oro”, cuenta ahora el diario Mundo Deportivo desde el lugar de los hechos. El delantero nacido en Torrente, Valencia, marcó el doblete que le dio la victoria al Barcelona. Y fue la figura, claro.
Así, con su doblete, consolidó al Barcelona como líder. Con 31 puntos de 33 posibles, el equipo de Ernesto Valverde le sacó cuatro puntos al Valencia (venció 3-0 al Leganés), ocho al Atlético de Madrid (derrotó 1-0 sobre la hora al Deportivo La Coruña) y once al Real Madrid, que en el cierre de esta undécima fecha recibirá a Las Palmas.
Sampaoli también fue a ver a otros futbolistas. De sus convocados para los amistosos en Rusia, Ever Banega tuvo un partido desparejo y Javier Mascherano apenas entró en los últilán, mos dos minutos. El mejor de los argentinos fue alguien que el entrenador de la Selección sigue pero esta vez no incluyó en su lista: Guido Pizarro. El Conde (apodo heredado de Fernado Galetto) fue el mejor de su equipo y marcó un golazo de cabeza. Resolvió como un tanque alemán, en el corazón del área, para el 1-1 parcial.
Sampa comprobó otra cosa: al Barcelona le alcanza incluso sin ofrecer una versión cercana a esa que solía fascinar en días no tan lejanos. Se permite un Messi terrenal y un Luis Suárez en mala racha. Pero no para: sun números abrazan récords. Lo sabe: bien le vendría a su Selección absorber ciertos defectos individuales sin costo en los resultados. Quizá en eso esté trabajando. Este Barcelona le puede servir de espejo.