Clarín - Deportivo

Un plantel golpeado y el desafío de levantarse rápido y en casa

- Maximilian­o Benozzi mbenozzi@clarin.com

“Lo que más duele es que esto haya pasado en un ciclo tan exitoso”. Las palabras de un importante dirigente no son antojadiza­s. Cuestiones arbitrales y de VAR al margen, en Núñez la eliminació­n contra Lanús fue un mazazo, por la forma en que se dio y por lo que brindó el equipo en la cancha. La derrota por 4-2 luego de ir ganan- do 2-0 (perdió la serie 4-3 después de estar 3-0) es inédita en la era de Marcelo Gallardo. Y con la eliminació­n a cuestas, es como uno de esos sucesos de la vida que irrumpen y golpean fuerte. Así llega River al Superclási­co, en el que buscará, con un triunfo, alivianar el catastrófi­co martes.

Fue una derrota que nada tiene que ver con este momento de River, en el que el Muñeco le había dado esa identidad copera que había faltado en otros momentos de la historia millonaria. La eliminació­n remite a otro tiempo, de penurias en el plano internacio­nal, como en los ‘60 y ‘70 o durante la gestión de José María Aguilar. Pero se dio en esta etapa y en Núñez nadie quiere que eclipse a uno de los ciclos más exitosos del club.

En el ciclo Gallardo hubo derrotas que hicieron un poco de ruido. Pero sobran los ejemplos de rápida recuperaci­ón de cada una de ellas. Cuando cayó 1-0 con Racing en noviembre de 2014 (jugó con mayoría de suplentes) cedió la punta del torneo local, pero a los pocos días venció 1-0 a Boca en el Monumental (la noche que Marcelo Barovero le atajó el penal a Emmanuel Gigliotti). Perder con Boca nunca es gratis y mucho más con un 5-0, aunque sea un amistoso de verano. Después, River respondió ganándole a San Lorenzo 1-0, ida y vuelta, para quedarse con la Recopa Sudamerica­na 2015. Meses después cayó contra Huracán en la final de la Supercopa Argentina. Inmediatam­ente se repuso y dejó a Boca nuevamente afuera, esa vez de la Libertador­es. A fines del año pasado recibió un cachetazo de Boca por 4-2 en su casa y a los pocos días levantó la Copa Argentina superando en una épica final a Rosario Central por 4 a 3.

Pero hasta antes del martes no había habido una derrota tan dolorosa. En estos días el cuerpo técnico trabajó en lo psicológic­o. Los jugadores son consciente­s de que, más allá de los fallos arbitrales, el gran responsabl­e de la derrota fue River. Lo reconoció Gallardo el viernes. Y el plantel sabe que está en deuda con el entrenador.

En sintonía con lo que dijo el Muñeco, entienden que no hay mejor modo de recuperars­e que ganándole a Boca, aun con los riesgos de que una derrota profundice heridas. Por eso, no será un Superclási­co más.

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