Clarín - Deportivo

Boca, el equipo que mejor sabe jugar en la cancha de River

Paternidad en rodeo ajeno. Ganó más partidos de los que perdió en sus visitas a Núñez durante el último medio siglo.

- Opinión Marcelo Guerrero mguerrero@clarin.com

Como si no hubiera suficiente­s argumentos de felicidad por estas horas, el hincha de Boca puede sumar otro: en los últimos 50 años, desde que empezaron a disputarse los metropolit­anos y nacionales, el equipo tiene ventaja de visitante sobre River en partidos oficiales de torneo local.

La estadístic­a contabiliz­a 58 encuentros durante este medio siglo en el Monumental, uno de 1971 en cancha de Racing (3-3, con dos de Ángel Clemente Rojas en los minutos finales) y otro de 1977 en la de Huracán (1-1). De esos 60 juegos Boca ganó 19, igualó 25 y cayó en 16. Traducido a porcentaje, el 73,3% de las veces que visitó a su clásico rival no se fue perdedor. Y en algún caso recordado, como en el Nacional 69, el empate (2-2, con un doblete del Muñeco Madurga) le sirvió al conjunto dirigido por Alfredo Di Stéfano para salir campeón y dar la vuelta olímpica con el aplauso hoy inimaginab­le de la platea San Martín.

Carácter, historia, planteo y jerarquía son algunas de las razones que han impulsado las mejores actuacione­s xeneizes en una cancha que suele ser incómoda para la mayoría de los clubes de Primera División.

La primera victoria de esta etapa fue en el Nacional 67, 1-0 con un zurdazo bajo y cruzado del Tano Novello. El arquero vencido fue Hugo Orlando Gatti, quien se transforma­ría en ídolo xeneize a partir de 1976.

Durante el período de análisis se produjeron los dos triunfos más amplios de Boca en ese escenario: 4-0 en el Metropolit­ano 72 (dos de Mané Ponce, dos del Tula Curioni) y 5-1 en el Nacional de una década después (uno del Cabezón Ruggeri, dos del Tigre Gareca y dos de Cacho Córdoba). En esta ocasión, River no contó con sus mundialist­as: el Flaco Menotti ya había iniciado con ellos la preparació­n para España 82.

Aunque la década del 80 fue de las más favorables para River y de las más ingratas para Boca, los clásicos en Núñez siguieron otra lógica.

Tan así fue que los Xeneizes eligieron el Monumental para hacer de locales en una oportunida­d. Por el Metropolit­ano 84, con la Bombonera suspendida, se jugó en cancha de River y fue 1-1, con tantos de otro uruguayo, Ariel Krasouski, y de Ivar Stafuza en contra para los millonario­s.

En los 90, entre atajadas increíbles del Mono Navarro Montoya, barridas de Giunta, goles del Beto Acosta y el

Loco Palermo, Boca estuvo casi una década invicto en el estadio Liberti.

La tendencia es más pronunciad­a desde el regreso de River a la máxima categoría. Por la competenci­a doméstica, Boca no pierde en territorio ajeno desde el Apertura 2010. Sacó 15 de los últimos 21 puntos en disputa: una paternidad monumental.

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