Clarín - Deportivo

Racing se dio el gran gusto

Con un inspirado Lautaro Martínez, fiereza para defender y un arquero sólido, cortó el invicto de Boca, que encima sufrió la grave lesión de Benedetto. Herrera hizo un pésimo arbitraje.

- Daniel Avellaneda davellaned­a@clarin.com

Agoniza Boca, pero no se da por vencido. Reniega de perder el invicto, de no llegar al récord de River en el profesiona­lismo, el del Apetura 91, nueve victorias seguidas. Hasta ese remate de Pablo Pérez, esquinado, con destino de red, con sentencia de gol. Sin embargo, Musso es Saja, Fillol y Cejas. Es un pibe que recién empieza a volar de palo a palo, pero reúne las virtudes de cada uno de esos emblemas del arco celeste y blanco en una tapada sobrenatur­al. En esa estirada monumental. Pone las manos y el corazón. Y la marcha azul y oro se detiene. Después de vencer a todos, incluido al superclási­co rival, y llegar holgado a la cima del torneo. Racing se plantó en la Bombonera, cortó su circuito de juego y tuvo en Lautaro Martínez, una de las mejores aparicione­s del fútbol argentino, un futbolista fuera de clase.

Porque fue la joya de la Academia, el chico que llegó de Bahía Blanca, la rompió en el Sub 20 y es objeto de deseo de los principale­s clubes europeos, el que mejor entendió el partido. Para explotar los espacios que dejaba Boca. Lo reflejó en el segundo gol, en ese quiebre de cintura ante Wilmar Barrios, en esa asistencia para Augusto Solari, quien rompió el vacío entre los centrales y definió de zurda ante la apurada salida de Agustín Rossi. Lautaro no sólo marcó el primer gol con un latigazo espectacul­ar; también, conectó al equipo.

¿Cuánto pudo haber pesado que cinco de sus titulares estuvieran de gira durante la fecha FIFA? Frank Fabra y Barrios, también el suspendido Edwin Cardona, jugaron con Colombia en Corea del Sur y China. Nahitan Nandez con Uruguay en Polonia y Austria. Cristian Pavón y Darío Benedetto con Argentina en Rusia. Demasiadas millas y jet lag. Los colombiano­s no estuvieron ni cerca de su rendimient­o habitual. El lateral no fue punzante y casi siempre perdió en el mano a mano. El volante tuvo demasiado campo para cubrir porque Pablo Pérez tuvo que participar de la gestación del juego. Wilmar no tuvo anticipo ni claridad.

Boca arrancó mejor. Con los piques de Pavón por la derecha, aprovechan­do la espalda de Andrés Ibargüen y la fragilidad de Alexis Soto. Trianguló mejor en el primer cuarto de hora. Hubo una jugada que no fue perfecta porque el tiro de Pérez se perdió a centímetro­s del arco de Musso. Arrancó y terminó en los pies del capitán. La tocaron Pavón, Benedetto y Nandez. Quedaban a contramano los defensores de Racing. Pero ya se empezaban a vislumbrar, muy a pesar del dominio xeneize, algunos huecos para el contraataq­ue de la Academia.

Enrique Triverio, Ibargüen, hasta Lautaro lo desperdici­aron de entrada. Sin embargo, Racing se fue afirmando. Con más actitud que fútbol. Hasta que Martínez recibió de espal- das, habilitó a Triverio -fuerte, pivoteador­y le devolvió la pared de frente al arco, para sacar un derechazo demoledor. Fue un golazo.

Boca se recuperó rápido. Miguel Barbieri bajó a Nandez y Darío Herrera no dudó. El árbitro, flojísimo en la conducción, marcó el punto del penal y el Pipa empató el clásico. A cinco minutos del epílogo del primer tiempo, el puntero estaba vivo, pero lejos del nivel que había exhibido antes del parate en el Monumental.

Pinchado físicament­e, jugó con el freno de mano. Nublado. Y nunca pudo vulnerar el entramado defensivo de Racing, que tuvo en Egidio Arévalo Ríos un guerrero. El uruguayo jugó con el cuchillo entre los dientes. Acurrucado entre los zagueros, metió, cortó y llegó a todas a tiempo. Vittor acompañó con firmeza. Ya estaba en ventaja la Academia, por ese bochazo de Musso que sobró a Goltz y Martínez capitalizó con Solari.

Los cambios del Mellizo no influyeron. La idea de volcar a Pavón por la izquierda, mover a Cristian Espinoza al centro y liberar a Gino Peruzzi por afuera no prosperó. Tampoco, el ingreso de Agustín Bouzat para desequilib­rar por la raya. Cocca recién movió el banco en los últimos 20 minutos, cuando apostó a la velocidad de los pibes Mansilla y Zaracho.

Sin su capitán Lisandro, Racing dio la estocada. Como en 2014, cuando a partir del triunfo en la Bombonera llegó el despegue que terminó en la vuelta olímpica. Hoy, parece muy lejos como para ilusionars­e. Y habrá que ver cómo repercute esta derrota en Boca, amplio líder, pese a todo.

 ?? MARIO QUINTEROS ?? La mejor clase de la Academia. festeja Augusto Solari, autor del 2° tras gran pase de Lautaro Martínez. La estrella de Racing brilló, a la vista de gente del Dortmund.
MARIO QUINTEROS La mejor clase de la Academia. festeja Augusto Solari, autor del 2° tras gran pase de Lautaro Martínez. La estrella de Racing brilló, a la vista de gente del Dortmund.
 ?? MARIO QUINTEROS ?? Definición con zurda. Solari picó justo al vacío, recibió la cesión de Martínez y definió sobre la salida de Rossi, con Fabra fuera de acción.
MARIO QUINTEROS Definición con zurda. Solari picó justo al vacío, recibió la cesión de Martínez y definió sobre la salida de Rossi, con Fabra fuera de acción.

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