Dimitrov empieza a hacer realidad aquella promesa de pelear por el 1
Superó al belga David Goffin en la final y así cerró invicto su faena. Desde hoy será el nuevo 3 del ranking de la ATP.
Durante muchos años fue considerado la “eterna promesa” del tenis, el jugador que tenía todo el talento para estar entre los mejores pero no lograba dar el último salto de calidad. Ayer Grigor Dimitrov se sacó esa pesada mochila y, a los 26 años, terminó de ganarse un lugar propio en la elite mundial. El búlgaro derrotó por 7-5, 4-6 y 6-3 al belga David Goffin y se consagró campeón del Masters de Londres, que reunió a los mejores ocho de la temporada. El título de Maestro le dio además un premio extra: desde hoy ocupará el tercer lugar del ranking como escolta de dos grandes, Rafael Nadal y Roger Federer.
En sus primeros años en el circuito profesional, en el que debutó en 2008, Dimitrov se ganó el apodo de Baby Federer. Dueño de un juego muy completo y un exquisito revés a una mano, su estilo tenía gran semejanza con el del suizo. Y no tardó en meterse en el grupo de jugadores destacados de la generación destinada a tomar la posta de los Cuatro Fantásticos.
Pero la constante comparación con el ganador de 19 Grand Slams, las grandes expectativas y la presión que le llegaban desde afuera fueron demasiado para él y ese despegue que por su talento podría haber llegado muy rápido, se demoró.
En 2014, tres títulos (Acapulco Bucarest, y Queen’s), las semifinales de Wimbledon, con triunfo ante Andy Murray incluído, y el ascenso al top 10 parecían indicar que había encontrado la receta para sacarle el máximo provecho a su tenis. Sin embargo, en las siguientes dos temporadas no ganó títulos, perdió terreno en el ranking -llegó a estar 40° en julio de 2016- y su tenis entró en un bache. Además, la exposición mediática por sus relaciones románticas con Maria Sharapova y Serena Williams le hicieron perder el foco.
Entonces, en agosto pasado, tras terminar su relación profesional con Franco Davin, incorporó a su equipo a Dani Vallverdu, ex entrenador de Murray y Thomas Berdych. El cambio dio resultados rápidamente.
“Él se merece mucho crédito. Vino al equipo en un momento crucial. He trabajado mucho dentro y fuera de la pista este tiempo. Las comparaciones y todo eso ya no me importan”, comentó Dimitrov esta semana. Además, destacó que ahora está más comprometidopara llevar una vida ordenada y sana y tiene más constancia en los entrenamientos. Y que hoy su único objetivo es el tenis.
Más maduro y fuerte mentalmente, logró llevar su tenis a un nuevo nivel. En este 2017, ganó los Abiertos de Brisbane y Sofia, consiguió su primer Masters 1.000 en Cincinnati -tras entrenarse durante semanas junto a Nadal en Mallorca- y se clasificó por primera vez al Masters de Londres.
En la capital británica, superó el round robin con victorias sobre Goffin, Pablo Carreno Busta y Dominic Thiem, superó en semis a Jack Sock y volvió a derrotar al belga en la final, para consagrarse campeón invcto del certamen. Fue el primer tenista de su país y el 22° jugador en la historia en ganar el título.
“Esta fue la mejor y más linda semana de mi vida”, comentó con los ojos humedecidos Dimitrov, que se sacó la mochila de promesa y terminó de ganarse un lugar entre los grandes del tenis mundial.