El capitán que entendió la idea de la mística y es el primero de los gladiadores
Tiene 25 años y el temple de un veterano. Es el líder del grupo y un ejemplo para todos.
"Taglia sintetiza el camino que yo quiero para este Independiente".
Esa frase que Ariel Holan sentenció en enero sintetiza el perfil de Nicolás Tagliafico, el joven capitán que tuvo el aplomo de un experimentado para ser la cabeza de un plantel sin fisuras dentro y fuera del campo de juego.
Una de las primeras cosas que hizo el director técnico a poco de asumir en su cargo fue elegir al lateral izquierdo que conocía de Banfield como el encargado de portar la cinta. Poco le importó al profesor Holan que el de Rafael Calzada tuviera apenas 24 años por esos días (cumplió 25 el 31 de agosto). Sabía muy bien lo que el zurdo podía dar. Y no se equivocó.
Tagliafico se hizo cargo de esa enorme responsabilidad y la asumió como tal. Desde ese lugar fue creciendo en el vestuario por su juego y por su comportamiento. Sus compañeros, que ya lo elogiaban, empezaron a mirarlo con ojos de admiración y el hincha le regaló cada vez más aplausos. El reconocimiento cae desde la tribuna cuando da el paso adelante y levanta los brazos hacia los cuatro costados en ese saludo histórico que aprendió del mismísimo Ricardo Pavoni y también cuando arriesga todo para trabar con la cabeza si es necesario, como en el Libertadores en los minutos finales contra Flamengo.
Sacrificio es la palabra que más le gusta al defensor surgido en Banfield. Y le hace el mayor de los honores. A base de sudor y fútbol, en menos de tres años Taglia se transformó en un referente nato por decantación. Es el primero de los gladiadores de Holan Así le gusta llamar al entrenador a sus dirigidos, aunque el lateral preferiría más la comparación con un samurai. Admirador de la cultura de los antiguos guerreros japoneses, el marcador de punta absorbió de ellos el apego por la disciplina.
Con su conducta intachable en cada entrenamiento, Tagliafico dio el ejemplo. Los que lo conocen desde chico aseguran que siempre fue así. Pero en este último año terminó de soldar esos conceptos definitivamente para forjarse como un futbolista completo. Todo este combo, además, lo llevó a la Selección Nacional, un objetivo que había anotado en un cuadernito cuando estaba en la Reserva
Fue de los primeros que entendió lo que es Independiente. Muy rápido se dio cuenta lo que quería el club de él y lo que él podía dar”. Ricardo Pavoni EX CAPITÁN DE INDEPENDIENTE
del Taladro. Con la llegada de Jorge Sampaoli se le abrió una puerta en la Argentina. Participó en la gira por Australia y Singapur. Y, aunque no volvió a ser citado nuevamente, se mantiene en el radar del DT de Casilda y no pierde sus aspiraciones mundialistas.
Desde que lleva la cinta en el brazo izquierdo, su vida no es la misma. No se lo tomó como una función más en el equipo. Pasó de mirarse su ombligo a estar atento a sus compañeros. Todo el tiempo que antes ocupaba en él, ahora debía repartirse en otras tareas grupales que le comenzaron a demandar mayores energías: mantener a todos armónicamente, que no hubiera problemas con ningún jugador, la relación con la dirigencia, con los periodistas y más. Para lograr el equilibrio emocional necesario y mantener el temple, apela a dos actividades que lo relajan: escuchar música y dibujar. Michael Jackson, Freddy Mercury, Bob Marley son sus preferencias a la hora de armar una playlist. No es casual, todos ellos son líderes en lo suyo que marcaron un camino e impusieron sus ideas y sus estilos. Motivo de atracción para Tagliafico.
Sin embargo, lo único que lo hace pensar en nada es el dibujo. Leones, mandalas y figuras de la cultura nipona son sus especialidades cuando
toma el lápiz. "Me libera de las tensiones, me relaja y me ayuda mucho en la
concentración", dice. Nada está librado al azar en su vida y en su carrera. Los dibujos le dan una mano para trabajar la tensión de los partidos, algo en lo que se fortalecíó a gran escala gracias a las sesiones de coaching con el preparador físico Alejandro Kohan.
Su capacidad para adquirir conocimientos le permitió poder ampliar sus aptitudes. Más allá de pertenecer al carril izquierdo, supo rendir cuando el equipo lo necesitó como segundo central. No le gusta cumplir tareas como autómata; necesita entender el juego, leerlo. Eso lo hace un apasionado por la táctica lo que, a su vez, le otorga más herramientas.
Disciplina, lealtad, respeto, sacrificio... las banderas de los samurai que Nicolás Tagliafico hizo flamear en Avellaneda desde que Holan lo ungió capitán. Eso, al cabo, sintetiza el camino de este Independiente.