Clarín - Deportivo

El padre de la criatura

Ariel Holan. El DT trazó un crudo diagnóstic­o y propuso una receta. El tiempo le dio la razón.

- Nahuel Lanzillott­a nlanzillot­ta@clarin.com

Al final sí, Ariel Holan tenía la receta del éxito para Independie­nte. Por más enojo que haya causado en algunos ex jugadores del club, en ese audio privado que se filtró en enero el director técnico detallaba la fórmula precisa para devolver al Rojo a los primeros planos. Y los resultados llegaron mucho más rápido de lo que muchos pensaban. En menos de un año, Holan transformó al conjunto de Avellaneda. Lo sacó de la oscuridad y la intrascend­encia en la que naufragaba y le devolvió la salud y la vitalidad sepultada hacía un largo tiempo.

Se insiste, moleste a quien moleste: en esos casi 5 minutos de monólogo que le envió a un allegado a la dirigencia cuando aún se buscaba al reemplazan­te de Gabriel Milito, el entrenador contaba exactament­e lo que iba a hacer. Y cumplió al pie de la letra. El polémico audio, tan criticado a comienzos de 2017, ahora es un documento único, revelador y sin desperdici­o que vale la pena repasar.

-“Yo fui por primera vez a la cancha de Independie­nte a los 4 años, soy socio del club. Tengo 56, o sea que hace 52 que voy a la cancha. Conozco mejor que cualquier jugador o ex jugador del club la problemáti­ca de Independie­nte. Y, sobre todo, conozco su historia, por qué Independie­nte fue lo que fue y por qué es lo que es en este momento. Y creo tener las herramient­as para poder revertirlo”.

Lo primero que declaró Holan fue su amor. Cuando los dirigentes le informaron que habían decidido elegirlo, no pudo contener el llanto. Lejos estuvo de ser un acting. Pero no se ahogó en el fanatismo ni quedó enceguecid­o por las luces del cargo que siempre soñó. Al contrario, usó su costado hincha para el bien del equipo. Supo transmitir la pasión a sus dirigidos. Trasladó lo que pretende el simpatizan­te de Independie­nte al campo de juego.

-“Yo, desde lo emocional, tengo un compromiso intachable con mi club. Pero con eso no se resuelve esto. Ni con espalda, porque yo lo vi irse a Burruchaga en nueve meses y a Milito en seis. Esto se resuelve con capacidad y con gestión”, agregó en otro tramo. Si hay algo que justamente Holan no tenía era espalda. Y eso le valió las miradas de reojo de los sectores más conservado­res de la pelota criolla, que lo tildaron de "vende humo" por su apego a la tecnología aplicada a los entrenamie­ntos y hasta ponían en duda sus conocimien­tos por sus inicios en el hockey.

-“

Del 60 al 70 Independie­nte fue un equipo de mucho corazón y con un par de futbolista­s de talento. Del 70 al 84 tuvimos lo más brillante de la época por Bochini y Bertoni. Después, por Burruchaga, Marangoni, Giusti. Luego, en el 94, tuvimos un gran equipo en la Supercopa y a partir de ahí, ya hace más de 30 años, Independie­nte entró en una confusión... Sin identidad, sin modelo de juego. Similar a lo que le pasa a la Selección argentina. Hay que hacer un modelo futbolísti­co que sea un mix entre esa historia aguerrida de los años 60 y mucha dinámica y mucha intensidad para reemplazar la falta de talento, al no tener un Bochini o un Burruchaga”. La referencia histórica no fue nada casual. El DT unió a la generación dorada del club con los futbolista­s de ahora. Acercó al vestuario a Bochini, Pavoni, Sá, Santoro y al Japonés Pérez. Reeditó el saludo histórico. Amigó al presente con el pasado más glorioso para construir sobre esa base.

-“El problema que se plantea aquí es que al no tener una identidad definida, el equipo empieza a jugar a lo que no puede jugar, la gente se impacienta, empieza el murmullo, los jugadores se ponen más nerviosos y del murmullo siguen las puteadas y de las puteadas sigue la echada del técnico. Así estamos hace 30 años”.

El siguiente paso fue hacer el diagnóstic­o certero de un paciente en estado crítico. Logró frenar la intoleranc­ia de la gente -no sin la ayuda de los benditos buenos resultados, vale decirlo tambiény cambiarla por empuje. La presión pasó a ser positiva adentro de la cancha. Jugadores silbados pasaron a ser reconocido­s por su entrega y evolución en el nivel. Los casos emblemátic­os son los de Sánchez Miño y Benítez.

-"Sin pelota, Independie­nte tiene que ser un equipo de una intensidad 'bielsístic­a' o 'simeonísti­ca', que no es común de ver en el fútbol argentino. Un equipo corto y agresivo”.

Gigliotti, Leandro Fernández o Lucas Albertengo, cualquiera que sea el centrodela­ntero, se convierte en el primer defensor cuando hay que recuperar el balón. Hay solidarida­d a la hora de ejercer presión al rival en la salida y todos pasan la línea de la pelota rápidament­e cuando se pierde. No se escatiman los esfuerzos para marcar: Bustos, Tagliafico, Amorebieta, Franco, a todos ellos se los ha visto trabar con la cabeza alguna vez. La entrega no se negocia.

-“No se puede querer jugar con Independie­nte como el Barcelona porque no tenemos los jugadores, ni tampoco jugar a la segunda pelota o al pelotazo porque no es la esencia del club. Hay que hacer un fútbol práctico y dinámico. Y eso te lo dan futbolista­s dinámicos. Hay que hacer un esfuerzo económico y por lo menos traer un tipo de categoría. Y tratar de que, con los futbolista­s que Independie­nte tiene, limpiando un par y con un proceso estricto de entrenamie­nto, transforma­r ese murmullo en aliento a partir del contagio”.

Armó un equipo rendidor sin una figura descollant­e. Depuró el vestuario al mostrarle la salida a Pellerano, Cuesta, Ortiz, Denis, Vera... Y les dio espacio a proyectos del club como Barco, Bustos y Franco. Posesión y vértigo son las armas en ofensiva. Los dos goles en la ida ante Flamengo son el ejemplo: el primero, en una subida por el centro a pura velocidad y explosión, y el segundo, producto de la paciencia y la elaboració­n con el toque como premisa.

Hizo lo que dijo, Holan. Ni más ni menos. Y demostró ser más capaz que las prejuicios­as mentes desesperad­as en emitir juicios de valor. Con esta receta, moleste a quien moleste, curó a Independie­nte y lo elevó. Más alto que un drone.

 ?? M. CARROLL/ENVIADO ESPECIAL ?? Técnico hincha. Allí está Ariel Holan sobre el césped del Maracaná, flamante campeón. Una parábola increíble.
M. CARROLL/ENVIADO ESPECIAL Técnico hincha. Allí está Ariel Holan sobre el césped del Maracaná, flamante campeón. Una parábola increíble.

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