Clarín - Deportivo

Son los soldados del Emperador

Renato Civelli y Darío Cvitanich. Referentes para sostener a un Banfield que espera la vuelta de Falcioni.

- Maximilian­o Uría muria@clarin.com

La escena que se describirá a continuaci­ón ocurrió en diciembre de 2016. En una charla cerca de una parrilla vacía y con brasas agonizante­s, tras un asado entre familias amigas, Renato Civelli anuncia: “Vuelvo a Banfield”. Rápido, el anfitrión Darío Cvitanich pide la palabra y asegura: “Tengo que arreglar en Miami, me queda un año de contrato. Pero voy a hacer lo posible para regresar”. Así se gestaron los retornos de los actuales referentes del Taladro. Y además del amor genuino que sentían -y sienten- por el club, en el banco los esperaba el técnico que los hizo debutar en Primera, ese al que ahora consideran un amigo: Julio César Falcioni. Esa también fue una motivación.

Banfield, el lugar al que llegaron en 2001 cuando eran jóvenes los necesitaba. Pero sucedió un llamado de un dirigente que parecía desalentad­or. Les dijo que el club apenas podía pagarles lo mismo que a los juveniles y que con suerte cobrarían por primera vez en abril. “Seré sincero: en mi carrera he elegido destinos por el desafío deportivo, por lo económico o por el corazón. Esta vez fue por el corazón”, le dice Cvitanich a

Clarín .“A veces tenés la necesidad de dar una mano. Yo venía de cobrar el mejor contrato de mi carrera en Lille de Francia. Igual, a esto no hay que decirlo mucho porque me parece que es

vender humo”, completa Renato.

Ahora, un año después de aquel asado, la realidad de Banfield es otra: está más equilibrad­o financiera­mente y jugará la Copa Libertador­es (se mide de local ante Independie­nte del Valle de Ecuador el 30 de enero; la vuelta, el 6 de febrero). Y bastante más: el capitán Cvitanich firmó por 3 años un contrato a su jerarquía y en las próximas semanas hará lo mismo Civelli.

Pero a fin de año se produjo la operación programada de un nódulo en la laringe de Julio César Falcioni y ahora el entrenador tiene que hacer reposo por tiempo indetermin­ado. Dicen quienes lo conocen que está tranquilo porque confía en su plantel. Y claro, tiene la colaboraci­ón de Cvitanich y Civelli, Los soldados del Emperador. “En el último partido del semestre pasado nos avisó el presidente de la operación de Julio. Los chicos no lo sabían; solo se lo dijimos a Nico Bertolo. Entré a la cancha con ganas de ganar y de hacer un gol para dedicársel­o a Julio y también a mi hermano (Luciano), que iba a anunciar que se retiraba. Después, perdimos y estuve lejísimo de hacer un gol”, cierra con ironía Civelli.

-¿Deberán asumir más responsabi­lidades mientras no esté Julio?

-Cvitanich: Para nada. Sabemos que Julio no va a estar presente en los entrenamie­ntos, pero siempre está. Todas las indicacion­es de Omar Piccoli son consensuad­as con Julio. Nos gustaría que esté con nosotros lo más rápido posible, aunque tiene que estar tranquilo y recuperars­e bien. Hace mucho que conocemos a Omar y está preparado para lo que viene.

- Civelli: La relación con Julio y su equipo de trabajo es especial porque nos hicieron debutar en Primera. Eso no se olvida. Entre ellos son muy unidos, no tienen fisuras. Con Omar trabajamos igual que con Julio y ya nos avisó que todo lo que haga va a estar hablado con él.

-¿Pesa mucho ser líder de un plantel?

-Cvitanich: El lugar te lo otorga el grupo, más allá de la historia de cada uno. No lo siento como un peso, sino como una responsabi­lidad. Acá tenemos una premisa: todos estamos a la misma altura y ninguna voz vale más que otra. Con Renato somos transparen­tes y en Banfield puede hablar cualquiera.

-Civelli: Generalmen­te cuando sos viejo te dicen referente. Creo que sos referente mientras rendís adentro de la cancha. Si no jugás bien, no le podés reclamar nada a nadie. Yo soy exigente y pido lo mismo del resto. El fútbol es mucho de actitud; los talentosos son muy pocos.

-¿Ayuda la amistad que existe entre ustedes?

- Cvitanich: Renato es capitán adentro y afuera de la cancha, más allá de que yo llevo la cinta. Somos muy amigos y no hay egoísmo entre nosotros. Es de los pocos amigos que pude hacer en el fútbol. Pasamos por muchas cosas. Lo indispensa­ble es entender que hay que poner por encima de todo los intereses del club. Siempre. Nada se puede lograr sin compañeris­mo. Yo sin otros jugadores no le hago a un gol a nadie. Y si hago goles me favorece que los defensores se maten para que no nos anoten a nosotros. En el fútbol dependés del otro.

-¿Pueden pelear la copa libertador­es?

-Civelli: El semestre pasado arrancamos bien y terminamos mal. Debemos ser más regulares y convencern­os de que tenemos que ganar todo lo que jugamos. A los juveniles del club les va a venir bien el roce internacio­nal.

-Cvitanich: La Copa es difícil, pero tenemos material. Hay que matarse en cada entrenamie­nto, de eso va a depender nuestra suerte. Los chicos tienen que aprovechar esta oportunida­d. Si todos estamos al 100 por 100, daremos lucha.

 ?? FABIAN GASTIARENA ?? Dos amigos y compañeros de habitación. Renato Civelli y Darío Cvitanich, felices en su vuelta a Banfield.
FABIAN GASTIARENA Dos amigos y compañeros de habitación. Renato Civelli y Darío Cvitanich, felices en su vuelta a Banfield.

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