Una excusa para exhibir el modelo coreano de desarrollo
El puñado de atletas argentinos y todos aquellos que elijan competir o simplemente visitar Corea del Sur en ocasión de los Juegos Olímpicos de Invierno se llevarán una sorpresa: la modernísima sede de PyeongChang es apenas una excusa para que los coreanos exhiban ante el mundo un modelo de desarrollo que excede lar- gamente -aunque la incluye, claro- a la gran cita de febrero.
Con paciencia oriental y sin ingenuidad alguna, los coreanos lograron su cometido en Durban, Sudáfrica, en 2011, en su tercer intento. Aceptaron en silencio la postergación a manos de Vancouver 2010 y de Sochi 2014, y derrotaron a la francesa Annecy y a la alemana Munich con un megaproyecto que ya era insuperable una década atrás.
Los 13 mil millones de dólares que Corea decidió invertir en los Juegos convierten a Pyeonchang 2018 en los de mayor presupuesto en la historia de las citas olímpicas de invierno, según datos del Comité Organizador. Unos 9.500 de ellos se volcarán a una infraestructura que sobrevivirá a la competencia: rutas, redes eléctricas, vías férreas y tecnología. Corea del Sur crece gracias a una combinación que asoma imbatible: disciplina en el trabajo, audacia para innovar y capacidad de combinar lo mejor de la cultura oriental con algunos valores del progreso occidental. Y mucho dinero, claro, aportado por un Estado rico y por un grupo de empresas que hablan de Corea en el mundo. Algunas están entre las principales auspiciantes del COI y entre las que apoyan la tercera cita olímpica de invierno que Asia ofrece en su historia, después de las japonesas Sapporo y Nagano.
En PyeongChang, pero también en Jeongseon y en Gangneung, los 2.900 atletas de 95 países que participen en 102 eventos de 15 disciplinas verán materializado un proyecto de desarrollo sustentable en la provincia de Gangwong, a la que un flamante tren de alta velocidad unirá con Seúl en poco más de una hora.
En los Juegos Olímpicos y en los Paralímpicos, a desarrollarse del 9 al 18 de marzo con 670 atletas de 45 países, habrá 22.400 voluntarios y tecnología de vanguardia, como el 5G. Los seis estadios existentes fueron renovados para los Juegos y otros siete se construyeron, como la Plaza Olímpica de PyeongChang. Los surcoreanos completarán el ciclo olímpico que inauguraron en Seúl 1988. Y se convertirán en el quinto país sede del Grand Slam de los grandes eventos deportivos, con el Mundial de fútbol (2002) y el de atletismo (2011). Sólo Alemania, Francia, Italia y Japón lo consiguieron antes.
Lograr la paz en la península, lo que parece quimérico por ahora, y ser potencia regional son otras de las metas de Corea del Sur, acaso más importantes para ellos que los 65 mil millones de dólares que dejarán los Juegos de modo directo e indirecto, gracias al aumento de la inversión y del consumo, la mayor notoriedad y el crecimiento del turismo. Demasiado como para no prestarles atención.