Clarín - Deportivo

Thiem buscará repetir frente a Bedene, el verdugo de Delbonis

Por tercer año al hilo no habrá argentinos en el partido decisivo. El último campeón fue Nalbandian en 2008.

- Mariano Ryan mryan@clarin.com

Cada febrero, en los pasillos del Buenos Aires se escucha una certeza: “La final ideal es entre el mejor jugador extranjero y el mejor argentino; y si el argentino es carismátic­o, cartón lleno”. Hay que remontarse a tres años atrás para recordar la última definición del ATP que reunió esas caracterís­ticas. Aquel día de 2015, nada menos que Rafael Nadal fue una barrera insuperabl­e para Juan Mónaco. Todo se dio: por un lado, el español máximo favorito del torneo y, además, el mejor tenista de la historia en canchas lentas; por el otro, un compatriot­a con mucha piel con la tribuna. En 2016 y 2017, en cambio, las finales fueron entre el austríaco Dominic Thiem y el también español Nicolás Almagro y el japonés Kei Nishikori y el ucraniano Alexandr Dolgopolov, respectiva­mente. Y la historia se repetirá hoy cuando no antes de las 14 -después de la definición del dobles entre los colombiano­s Juan Sebastián Cabal-Robert Farah y Andrés Molteni-Horacio Zeballos- Thiem busque repetir contra el esloveno Aljaz Bedene, el verdugo de la última ilusión argentina.

Una hora y 56 minutos corrió Federico Delbonis en el día más caluroso del torneo. No le alcanzó aunque, de todos modos, dejó buenas sensacione­s en su primer acceso a las semifinale­s del Abierto de Buenos Aires. Porque el azuleño había mostrados en sus tres victorias en el torneo una saludable regularida­d con un revés que le sirvió para no depender tanto de su drive, el mejor golpe de su repertorio.

Sabía Delbonis que además de pegarle fuerte a la pelota con el revés debía tener un buen porcentaje de primeros saques ante Bedene para que su adversario no lo presionara con la devolución. ¿Qué ocurrió? No estuvo tan preciso con aquel golpe sobre todo en el primer set y el 59 por ciento de efectivida­d que alcanzó con su primer servicio fue escaso. Entonces se le complicó el panorama ante un jugador con argumentos más que in- teresantes para jugar en polvo de ladrillo y que contó, además, con el mismo aliado que había tenido en sus presentaci­ones anteriores: precisamen­te el saque. Había llegado Bedene a su segundo partido ante Delbonis con 32 aces y el 80 por ciento de puntos ganados con su primer servicio. Y el vencedor conectó ayer nada menos que 15 aces y tuvo un 68 por ciento de primeros saques.

Delbonis forzó el tercer set cuando su rival bajó el nivel en el segundo capítulo pero el perdedor -tal vez cansado- desaprovec­hó ese envión y con tres quiebres consecutiv­os terminó cediendo por 6-4, 2-6 y 6-1.

En la segunda semifinal no hubo equivalenc­ias. La victoria de Thiem sobre Gael Monfils fue contundent­e: 6-2 y 6-1 en apenas una hora y tres minutos, un tiempo en el que el vencedor se quedó cuatro veces con el saque del francés y un tiempo en el que no le dio una sola chance de quiebre gracias, justamente, a su propio servicio: con el primero perdió sólo cuatro puntos y el segundo ratificó el concepto de que, quizá con el del australian­o Kyrgios, es de lo mejor del circuito.

Se sabía que el partido dependía de Monfils y de su virtuosism­o ante un jugador que se mueve muy bien en canchas lentas y que tiene una extrema potencia en sus golpes desde el fondo de la cancha. Thiem tiene un revés de libro, que llena los ojos -el passing en el 5-1 y 30-0 del segundo set pasó por el ojo de una aguja-, pero lo que verdaderam­ente lastima es un drive pesadísimo con el que somete de manera permanente. Monfils no hizo nada -o no lo dejaron hacer naday a pesar de que el público lo apoyó hasta el final, se fue entre la impotencia por la superiorid­ad de Thiem y la bronca por los errores propios que, además, fueron varios.

La final del torneo tendrá entonces dos protagonis­tas totalmente diferentes que se medirán por tercera vez con los dos antecedent­es favorables a Thiem. Por un lado estará justamente el gran candidato, el sexto tenista del ranking mundial que ya sabe lo que es ganar en suelo porteño. Y por el otro, la revelación que irá por el primer título de su carrera. No habrá argentinos, una vez más. Y así aquel ya lejano título de 2008 de David Nalbandian -el último de un compatriot­aseguirá siendo recordado, y cada vez con mayor nostalgia, un año más.

 ?? SERGIO LLAMERA ?? Uno. Dominic Thiem le dio una paliza al francés Monfils por 6-2 y 6-1 en apenas 63 minutos.
SERGIO LLAMERA Uno. Dominic Thiem le dio una paliza al francés Monfils por 6-2 y 6-1 en apenas 63 minutos.
 ?? SERGIO LLAMERA ?? Y otro. Aljez Bedene sacó del torneo a Delbonis por 6-4, 2-6 y 6-1. El azuleño terminó cansado.
SERGIO LLAMERA Y otro. Aljez Bedene sacó del torneo a Delbonis por 6-4, 2-6 y 6-1. El azuleño terminó cansado.

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