No sólo de tenis se trata el ATP, una tradición de cada verano
El Abierto de Buenos Aires cumplió una vez más las expectativas del público que se arrimó hasta Palermo para ver un tenis de gran nivel. Pero hace mucho tiempo que los espectáculos de esta índole trascienden los intereses deportivos únicamente y la gente busca otros atractivos. Y la 18ª edición del ATP no fue la excepción.
Ver en directo a algunos de los mejores jugadores del circuito y la posibilidad de tener un contacto directo con ellos siempre resulta un combo magnífico para los espectadores que el martes, el viernes y ayer agotaron las entradas; de hecho, ya no quedan tampoco para la final de hoy.
El patio de comidas ofrece menúes para todos los gustos: bondiolas, hamburguesas, panchos y papas fritas a valores accesibles (nada supera los 100 pesos). Hay grandes tablones de madera para sentarse bajo la sombra a comer y descansar, dispensers de agua caliente para el mate y varios “foodtrucks” con otras alternativas gastronómicas son un plus para el patio de comidas.
Están además los locales de ropa con las remeras que utilizan Diego Schwartzman y Horacio Zeballos por ejemplo, raquetas desde 1.600 pesos y varias promociones para los aficionados. Hay música permanente en cada pasillo del Buenos Aires Lawn Tennis que otra vez redondeó un gran torneo. Y hasta existen sectores con ventiladores para apaciguar las altas temperaturas de la semana.
Las familias pudieron disfrutar desde los días de la clasificación un sector de juegos infantiles con mesas de ping pong y en un escenario muchos pudieron observar y escuchar entrevistas con la posibilidad de sacarse fotos y hasta de charlar y conseguir autógrafos y fotos de los ídolos. El Buenos Aires contó además con la programación in situ de radio Metro. Y Fernando Dente cantó buena parte del repertorio de la obra musical “Casi normales” en la antesala del Torneo de las Leyendas que reunió a varios de los jugadores más exitosos de la mejor generación del tenis argentino.
En el tenis de elite tampoco faltan las ofertas de elite: un enorme sector VIP, con una gran variedad gastronómica que va desde cortes de carne
premium hasta sushi y tradicionales picadas con exquisitos fiambres.
Para todas las edades y para todos los gustos, el torneo es atractivo desde todos los ángulos. Un espectáculo que cada año crece y que ya es una tradición en Buenos Aires porque, para los organizadores, ver tenis de gran nivel es para toda la familia.