Clarín - Deportivo

Mientras River sospecha conspiraci­ones, el equipo sigue sin levantar cabeza

La justificad­a bronca por el arbitraje fallido no puede esconder el bajo nivel del equipo y su realidad: a 21 puntos del líder y en riesgo la clasificac­ión a las Copas.

- Daniel Avellaneda davellaned­a@clarin.com

Hay un arbitraje que es comidilla para el mal pensado, aunque no sea otra cosa que la inoperanci­a del hombre del silbato. River es perjudicad­o y el Monumental está crispado. Entonnevit­ter, ces, la bronca se enfoca en los fallos de Jorge Baliño y sus asistentes. Se insulta a Mauricio Macri, el presidente de la Nación, porque también fue primer mandatario en azul y oro. Se alimentan las teorías conspirati­vas de aquellos que creen que la AFA queda a orillas del Riachuelo. Y hasta el propio Marcelo Gallardo dice que es difícil hacer un análisis futbolísti­co ante semejante bochorno del referí. No obstante, hay una realidad que caque da vez es más difícil de maquillar: de ese equipo con banda roja que brillaba por su juego en los albores del ciclo del Muñeco no hay rastros. Y aunque supo reinventar­se y seguir cosechando títulos, el rumbo se ve difuso. Ya había sido flojísima la campaña de 2017, más allá de la Copa Argentina que alzó en diciembre. Pero los problemas continuaro­n. Y son netamente vinculados al funcionami­ento, al manejo de la pelota, a la fragilidad muestra este gigante venido a menos. Que está a 21 puntos de Boca. Que hoy mismo puede quedar en el vigésimo puesto de la Superliga si Gimnasia supera a Colón. Que cambia de esquemas y de nombres, pero no mejora. Que no sale de la crisis.

¿Adónde va River? Viaja del 4-1-32 al 4-2-2-2, sacrifica un volante de juego por otro de marca, rescata el doble cinco que tanto rédito le había dado con Leonardo Ponzio y Matías Kra- ubica a dos creativos delante de ellos, pero se muestra superado en el primer tiempo. Es cierto que Baliño lo hizo resbalar, que no le cobró un claro penal de Luciano Abecasis a Lucas Pratto, que no marcó offside del Morro García en el segundo gol. Todo es real. También, que el equipo tiene muchas dificultad­es en el fondo. Que Gonzalo Montiel entrega muchas ventajas por el lateral y por eso deja la cancha en el entretiemp­o, reemplazad­o por Camilo Mayada. Que Javier Pinola no era el único problema porque Jonatan Maidana y Lucas Martínez Quarta brindan insegurida­d. Que Marcelo Saracchi ya no se proyecta con tanta eficacia. Godoy Cruz lo complicó con Juan Garro, Santiago García y Pol Fernández. Y casi lo sorprende en Núñez.

“Hay que reconocer el esfuerzo de los jugadores porque hoy no había que perder”, dice Gallardo en la conferenci­a de prensa, visiblemen­te enojado, tratando de medir sus palabras para no explotar como los hinchas. River, que siempre está obligado a ganar, por su historia y la jerarquía de sus futbolista­s, se conforma con no perder. Y es todo un síntoma del momento que está atravesand­o el equipo de un Muñeco que está atribulado, que la semana pasada dijo que era difícil motivarse “cuando no hay nada en juego” en la Superliga, omitiendo la clasificac­ión a las Co-

pas, cada vez más lejos.

Bruno Zuculini no fue la mejor elección para equilibrar el medio. La idea era que presionara arriba. Pero estuvo muy desordenad­o. Otra vez Ponzio mostró el camino. River tuvo una actitud diferente en el segundo tiempo. Futbolísti­camente, dependió demasiado de la inspiració­n individual. La de Rodrigo Mora, la de Lucas Pratto, la de Juan Fernando Quintero. Hubo algunas sociedades, muy pocas para hablar de buen juego. Se mostró carácter para remontar el partido, pero ninguna garantía de éxito.

“Era un partido para perder por mucho y lo terminamos empatando. Hay que seguir adelante, es el mensaje que le trasmito a mis jugadores”, sostiene Gallardo en una breve conferenci­a. El debut en la Libertador­es, contra Flamengo en Río de Janeiro, está a la vuelta de la esquina. También, la Superfinal con Boca en Mendoza, nada menos. El Muñeco había dicho que tenía que estar con “la guardia alta” en referencia a la AFA y la creencia popular de que los árbitros favorecen a su clásico rival. Lo que está bajo es el fútbol del equipo, que sacó 7 de los últimos 30 puntos en juego. Que recibió más goles (22) de los que convirtió (20). Que invirtió casi 20 millones de dólares en refuerzos. “No esperábamo­s un inicio de año así”, reconoció el laureado entrenador. Sus hinchas, tampoco.

 ??  ?? Lo mejor. Del día y del partido. El uruguayo Rodrigo Mora volvió a jugar como titular y fue el mejor de la cancha. Hizo el gol del descuento ante los mendocinos tras un gran taco de Pratto. El Monumental lo ovacionó.
Lo mejor. Del día y del partido. El uruguayo Rodrigo Mora volvió a jugar como titular y fue el mejor de la cancha. Hizo el gol del descuento ante los mendocinos tras un gran taco de Pratto. El Monumental lo ovacionó.
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JORGE SÁNCHEZ

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