Messi aportó un doblete para que el Barça se floree en casa y se afirme arriba
Fue 6-1 ante el modesto Girona, que arrancó ganando. Tres de Suárez, dos de Leo (uno de tiro libre, el 31° con esa camiseta) y uno de Coutinho fueron demasiado.
Recibe el pase de Luis Suárez, controla con la pierna derecha y corre hacia el arco rival con la pelota dominada bajo su inigualable pie izquierdo. Está cerrado el callejón. Y cualquier futbolista terrenal hubiera buscado apoyo en un compañero. Pero Leo es sobrenatural. Entonces, encara hacia adentro y quema los manuales, como tantas veces. Rodea a dos atribulados defensores, halla el hueco y sacude. Es la primera vez que vulnera al Girona. No será la única.
Y si hay un tiro libre en la puerta del área, las posibilidades son infinitas para Messi. “¿Qué hará?”, se preguntan los cinco hombres de la barrera. Desde la tribuna se puede adivinar esa inquietud de los vestidos de rojo y blanco. Todos creen que va a meter un disparo con rosca. Y saltan. Sin embargo, el crack argentino es impredecible. Y el zurdazo rasante termina, una vez más, venciendo la resistencia de Yassine Bounou, el arquero canadiense naturalizado marroquí que ataja para Girona.
Messi vuelve a convertir después de tres partidos en la Liga. Hacía un mes que no gritaba un gol en el Camp Nou (el último, contra Alavés). Y aunque parezca mentira, algunos creen que se trata de una mala racha fronteras adentro, más allá de que había anotado el gol del empate ante Chelsea por la Champions League. Lo que quiebra es un nuevo récord: es el jugador que a más equipos les marcó en España, 36 exactamente, superando a Aritz Aduriz, veterano delantero del Athletic, y a Raúl, el histórico atacante del Real Madrid.
Leo también es el jugador que más asistencias ostenta en el campeonato español, 148, que se confirman cuando deja a Suárez de frente al empate en un partido que había comenzado con una sorpresa. A los 125 segundos, Portu se las había ingeniado para dejar en ridículo a Ter Stegen y Umtiti. El regalo del número uno alemán y el zaguero camerunés pareció una gentileza para hacer más parejo un duelo sin equivalencias. Más allá de la ampliación del capital y la alianza que gestó con el Manchester City, producto de la participación activa de Pere Guardiola, hermano de Pep, el presupuesto anual del Girona no alcanza para pagarle el nuevo contrato a Messi.
El empate no tardó en llegar. Y a partir del segundo gol de Barcelona, el primero de Messi al Girona, el resultado se volvió lógico. También, la goleada. El tiro libre de Leo, el tercero en 2018, el 31° con la camiseta blaugrana, cerró el partido. Los memoriosos recordaron el gol que Ronaldinho le hizo al Werder Bremen en la fase de grupos de la Champions League en la temporada 2006/2007. Fue un calco.
Nunca pudo recuperarse su humilde adversario. Y el segundo gol de Suárez lo confirmó. Otra vez, la Pulga tuvo una participación activa porque descargó en Coutinho y el brasileño tocó para el uruguayo que no dudó frente al arco. 4 a 1 y al descanso.
En el segundo tiempo, todos sospechaban que Bounou sufriría el hostigamineto del Barcelona. Y el cachetazo de Coutinho fue apenas una muestra. Un balazo del brasileño se clavó en un ángulo. 5 a 1 ganaba el líder del torneo, que ya suma 32 partidos sin perder, una marca que no había registrado en sus 119 años de historia. ¿Logrará destronar al inolvidable Real Sociedad que en 1980 estuvo 38 encuentros sin perder?
Quedaba tiempo para un grito más. No fue de Messi porque Bounou estaba bien ubicado y le sacó un tiro libre del ángulo. Lo marcó Suárez, el animal del gol, que llegó a su undécimo hat-trick con Barcelona. Terminó 6 a 1. Hizo media docena el líder del campeonato. Pudieron ser más.
“¿Quién no tiene prisa por ser campeón? ¡Claro que tenemos prisa!”, dijo Ernesto Valverde. El técnico del Barcelona cuenta con un plantel fenomenal. Elogió a Dembelé y a Coutinho. Los nuevitos. Suárez y Messi son garantía de confianza. Leo sigue quebrando marcas. Justo el día en que murió su abuelo Antonio, ¿qué mejor homenaje que un doblete?