Boca recuperó poder ofensivo y encara con fe el gran desafío de la Libertadores
Generó muchas situaciones de gol y confirmó que tiene varios jugadores capaces de anotar. Dejó dudas en los ataques rivales. Líder hace 35 fechas, quiere confirmar a nivel internacional.
El sonido del cuarteto que sale del vestuario local cuenta algo más que las frases que Ulises Bueno canta desde un equipo de música. El cordobés Pavón canta, pese a su dolor en el aductor izquierdo que paralizó algún corazón antes del estreno en la Copa y con River en el horizonte cercano. El cordobés Wanchope se suma, después de haber convertido ese primer gol que tanto soñó con la camiseta de Boca. El cuartetero Carlitos también festeja, tras su tercer gol en cinco fechas jugando de nueve. Se sumó Bebelo Reynoso, también cordobés, quien ya se sacó la timidez y con su zurda de pincel aportó lo suficiente como para ganarse los primeros aplausos (se metió en las triangulaciones del mediocampo pero le faltó
algún pase en profundidad) y la titularidad del jueves, en Lima, ante Alianza. Los pocos minutos del cordobés Maroni en la cancha fueron porque justo San Martín de San Juan hizo el 3-2 que lo puso insólitamente en partido después de haber sufrido media docena de chances de gol en contra. Igual, Maroni celebra como uno más, esperando su chance. Como Buffarini, también con tonada cuartetera, a quien el Mellizo guardó en el banco porque será titular en el debut de la Libertadores, esa Copa que obsesiona a todos en Brandsen 805. El ritmo cordobés sonó fuerte en ese vestuario sudamericano con tres colombianos y un uruguayo (otra vez Nandez sumó un gol desde su olfato ofensivo pese al desorden que a veces expone) y no se trató de un vestuario más. Porque acompañaron Gago, Benedetto y Pablo Pérez, los líderes de ese Boca arrollador que los perdió por culpa de lesiones. Igual acompañan y están todos, ahora sí, mentalizados de lleno en lo que se viene: ir por la conquista de América.
¿Cómo llega Boca a ese debut a cancha llena ante el campeón peruano? Con el ánimo bien arriba, con una sonrisa por haber recuperado su identidad ofensiva (hizo el 1- 0 antes de los 15 minutos por 23ª vez desde la asunción del actual cuerpo técnico) justo en el partido previo, con entusiasmo de sus hombres de ataque (llegó a 34 festejos en el torneo), con un Pavón “de Selección” como descri- bió el Mellizo, con el arquero salvando una pelota clave por encuentro (ayer le sacó el 2-2 a Rodríguez), con Cardona adaptado pese a esos titubeos que muestra durante los 90 minutos y con Tevez afianzado en la idea de ser el nueve.
También llega con dudas en la última línea al momento de defender la pelota quieta, con Goltz mal pisado en el mano a mano y Fabra que hace daño cuando ataca pero es desatento en la defensa. También llegará a ese estreno sin Pavón al ciento por ciento pero al que arriesgarán si es necesario.
Al cabo, Boca encara el debut en la Libertadores como marca su ADN: un equipo veloz, directo y goleador, que asume muchos riesgos que pueden costarle caro si no está atento o si el rival los aprovecha.
Para esta Superliga que lidera desde hace 35 fechas el triunfo era necesario. Mantuvo la distancia con sus perseguidores y estiró a 24 la kilométrica diferencia con el River de Gallardo: Vamos vamos los Xeneizes/vamos vamos a ganar/los de abajo son gallinas, que no paran de llorar fue el hit readaptado en la noche de la Bombonera, esa que disfrutó del gol del Apache, que devolvió con el Uruguayo/ para Nandez tras el 3-1 y que se quedó con la sensación de ver a su equipo jugando con la voracidad que le conoció en otros tiempos.
La Copa ya empezó.