Clarín - Deportivo

San Lorenzo y otro rendimient­o gris que provocó reproches

Los cambios del Pampa Biaggio no dieron resultado. El local no tuvo fútbol ni gol. Hasta Belluschi fue silbado.

- Nahuel Lanzillott­a nlanzillot­ta@clarin.com

Cuando se juega mal pero la pelota entra, todo va viento en popa. Pero cuando se juega mal y la pelota no entra, todo se oscurece. A San Lorenzo se le acabó la suerte que lo acompañó en el inicio del ciclo de Claudio Biaggio. Ya no le guiña el ojo la buena fortuna. Las que antes entraban, ahora van afuera o se las queda el ar- quero rival, como la del final en la tarde de ayer en el Nuevo Gasómetro que Nereo Fernández le tapó a Caruzzo para sentenciar el 0 a 0 con Unión. Un empate pobre de local con otro rendimient­o gris que despertó los reproches de los hinchas: ni Belluschi se salvó de los silbidos. Si Boca gana mañana, los de Boedo quedarán a 14 puntos de la cima. Y el domingo se viene el clásico con Huracán...

Diez minutos tardó la gente en borrar con el codo el “ponga huevo que no ha pasado nada”, que le regaló al equipo antes del inicio, para exterioriz­ar su impacienci­a con el “movete Boedo/movete...”, que siempre hacen sonar las trompetas del disconform­ismo. En San Lorenzo no hubo acción básicament­e porque no tuvo reacción a la derrota de la semana pasada en el Bosque. Siempre en segunda marcha anda este Ciclón. Le cuesta mucho inyectarle ritmo a su ataque. Y con el insoportab­le calor de ayer todo se hizo demasiado lento.

Los cambios de Biaggio no cambiaron mucho al conjunto azulgrana. El técnico aplicó limpieza profunda para este partido: sacó a Senesi, Quignón, Gudiño y Conechny (ni siquiera estuvieron en el banco) y metió a Caruzzo, Moyano, Piris da Motta y Botta. Además, Rojas entró por el expulsado Paulo Díaz. Sin embargo, el juego del local se mantuvo igual que en los encuentros de este año: flojo.

No hubo conexión entre los hombres del mediocampo destinados a la labor creativa. El pibe Moyano, por derecha, y Castro, por izquierda, apenas se encontraro­n con Belluschi, el de pie distinto. El arco de Nereo Fernández le quedaba bastante lejos a los locales aunque se las rebuscaron para llegar de alguna manera. Botta tuvo dos claras y las erró de manera increíble ante el arquero de Unión. En la primera se la quiso picar y en la segunda se la entregó a las manos con un débil cabezazo, tras un buen envío de Belluschi.

Fue justamente Belluschi quien más allá de ese centro a la cabeza de Botta, estuvo muy impreciso. Tuvo dos remates de frente al arco y los tiró afuera. Con el triángulo de gestación inconexo, la pelota nunca le llegó a Blandi, que merodeó el área como un alma en pena. En las dudas de San Lorenzo estuvo el alimento de Unión. La banda izquierda de los santafesin­os fue la que buscó lastimar al dueño de casa. Fragapane, un punta devenido en volante, le dio trabajo a Angeleri. También Bruno Pittón con sus escaladas aportó pimienta, como en ese centro que no pudo empujar Soldano. Y Gamba también falló al dilapidar un gran contraataq­ue comandado por Fragapane.

Sin respuestas, el Pampa siguió buscando variantes para intentar hacerlo sentir acompañado a Blandi. Adentro Barrios y Reniero, afuera Castro y Botta. El que mostró rebeldía fue el Perrito Barrios. Sus vertiginos­as gambetas levantaron a la fastidiosa masa de cuervos. También aplaudiero­n cada intervenci­ón de Coloccini, sin fisuras en el fondo de los de Boedo. Pero eso sólo no le alcanzó a San Lorenzo para ganarle a Unión de local. Ni el tiro del final le salió.

Poco, muy poco para un equipo que empezó el 2018 con el sueño de pelearle el título mano a mano a Boca y que ahora prende velas para no quedar afuera de la zona de clasificac­ión a la Libertador­es.

 ?? JUANO TESONE ?? Ni el tiro del final. Matías Caruzzo remató solo frente a Nereo Fernández, el arquero atrapó la pelota y terminó el partido.
JUANO TESONE Ni el tiro del final. Matías Caruzzo remató solo frente a Nereo Fernández, el arquero atrapó la pelota y terminó el partido.
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