River dio otro paso en falso cuando se acerca la fecha de la Superfinal con Boca
Aunque mejoró algo y tuvo varias situaciones, el modesto Chacarita le empató en el Monumental. Los hinchas exigieron ganar “cueste lo cueste” el partido de la Supercopa en San Juan.
Es el 14 el número que se deja ver inscripto en uno de los trapos de la principal cabecera. Es en alusión al grueso de la barra de River, Los Borrachos del Tablón, claro está. Pero es justamente el número del que todos hablan en el Monumental. Y desde los cuatro costados se entona que el 14 -el día que se jugará la final de la Supercopa-, “contra Boca cueste lo que cueste, contra Boca tenemos que ganar”. Es el canto que se entona cada vez que en el horizonte se aproxine ma el rival de toda la vida. Reapareció ayer cuando el equipo daba signos de no poder quebrar a Chacarita. En este contexto, un triunfo en la final de San Juan parece más una expresión de deseos que unaposibilidad cierta, de acuerdo a lo que muestra el equipo. Entonces, ¿cómo se arreglan en tan poco tiempo los graves problemas futbolísticos que tie- River?
River tuvo sus chances con un par de remates de Nacho Fernández, uno de ellos dio en el travesaño, otro de Mayada, que dio en un palo y en la que Pedro Fernández se lució ante Borré. Previamente, buscaba llegar tocando pero chocaba con los marcadores centrales, especialmente con el Colorado Re, que sacó bastante, y con el doble cinco de los voluntariosos Mellado y Vismara.
La confusión también estuvo afuera. Llamaron la atención que los cambios fueran posición por posición y no se intentara otro esquema para vulnerar a un equipo con muchas limitaciones. Primero Quintero por De la Cruz y después, afuera Scocco-Pratto y adentro Auzqui-Borré.
También es cierto que la historia pudo haber sido distinta desde el arranque si Mastrángelo cobraba el penal que Fernández le hizo a Scocco. Fue al minuto de juego. E inmediatamente en las tribunas se cantó -otra vez- contra Mauricio Macri. Los árbitros, con sus decisiones, no están ayudando a disolver las suspicacias.
De todos modos, el problema de River es mucho más profundo. Y, ayer, quedó expuesto una vez más. Apenas ganó un partido desde que comenzó el año y sacó 5 puntos sobre 18 posibles en la Superliga. Está en la posición 21 y en porcentaje, la campaña es similar a las de aquellas tres temporadas entre 2008 y 2011 que lo llevaron al abismo. La final ilusiona. Boca no asusta. Es River el que no da señales optimistas.