Del Potro obtuvo su torneo más valioso desde 2013 y da otro salto en el ranking
“Esta semana ha sido fantástica”, dijo después de jugar en alto nivel y sumar victorias ante el 6, el 5 y el 8 del mundo.
A lo grande festejó Juan Martín Del Potro en el Abierto de Acapulco (1.642.795 dólares; cemento). Y tuvo más de una razón para hacerlo. Porque la victoria por 6-4 y 6-4 ante el sudafricano Kevin Anderson, quinto favorito, le permitió sumar el 21° título de su carrera y el primero grande desde 2013. Porque la consagración fue el broche de oro de una semana en la que jugó un tenis de altísimo nivel y consiguió notables victorias. Y porque llegó en el momento justo para darle una inyección de confianza de cara a lo que se viene y para empezar a revertir un comienzo de temporada que no había sido el esperado, más allá del regreso al top 10.
Hacía casi cinco años que el tandilense no levantaba el trofeo de un certamen de los más importantes del circuito. El último había sido en octubre de 2013 cuando superó a Roger Federer en la final de Basilea y consiguió su cuarto ATP 500 - cuarta categoría detrás de los Grand Slams, el Masters y los Masters 1000- de esa temporada. Al año siguiente ganó sólo el ATP 250 de Sydney y luego de regresar a la actividad tras su ausencia obligada por las operaciones en la muñeca izquierda, en 2016 y en 2017 festejó en el ATP 250 de Estocolmo.
El título de Acapulco -el primero que gana en los primeros seis meses del año desde 2014- llegó entonces para cortar esa larga sequía de festejos grandes. Y él, sin desmerecer sus últimas tres conquistas, así lo reconoció.
“Este trofeo es uno de los más buscados por los jugadores. Representa muchísimo, porque este torneo es de un nivel similar a un Masters 1000. En un Masters para ser campeón hay que ganarles a unos tres top 10 y eso fue lo que tuve que hacer aquí para coronarme. Eso me hace sentir muy bien”, analizó el argentino, recordando el difícil camino que tuvo en las tierras mexicanas.
Después de su debut ante el alemán Mischa Zverev, eliminó en octavos de final al español a David Ferrer, un rival que “más allá del ranking, siempre es complicado de superar”, según reconoció el mismo Delpo. Y luego consiguió una seguidilla de tres triunfos en tres días ante jugadores mejor ubicados que él en el ranking y sin ceder un solo set. Venció al austríaco Dominic Thiem (6°) en cuartos, al alemán Alexander Zverev (5°) en semis y a Anderson (8°) en la final.
Su gran actuación sobre las canchas duras de Acapulco le permitirán además escalar un lugar en el ranking. Desde hoy se ubicará octavo, una posición que no ocupaba desde julio de 2014. Y con 3.200 puntos, quedará apenas a 80 del belga David Goffin, que marcha séptimo.
Aunque más allá de los números, las estadísticas y los resultados, el mayor valor de esta conquista está en el envión que le dará a Del Potro para encarar lo que queda de esta temporada. Eso es fundamental.
“Desde el comienzo hasta el final esta semana ha sido fantástica tanto adentro como fuera de la cancha. Ganarles a jugadores tan buenos es muy lindo. Me costó mucho, tuve que hacer un gran esfuerzo y por suerte terminé entero, bien físicamente. Este resultado es importante para lo que se viene”, contó el tandilense, feliz por un título que llegó en el momento justo.
“Lo necesitaba para sentirme bien, para que el año me cambie un poco y para volver a sentirme en buenas condiciones”, admitió en charla con ESPN quien, tras cerrar el 2017 bien arriba, no pudo extender su momento en el arranque del 2018.
En Auckland, su primer torneo del año, llegó a la final, pero no pudo conquistar el título y eso le dejó “un sabor amargo”. Tuvo una actuación discreta en el Abierto de Australia, del que se despidió enla tercera ronda con una caída en tres sets ante Tomas Berdych que no estaba en los planes. Y tampoco pudo rendir en su mejor nivel en Delray Beach, donde fue eliminado en octavos.
Este trofeo podría marcarle un nuevo comiento. “Con este festejo, este año ya comenzó mejor que el año pasado. Me da un poco de tranquilidad y también me motiva, me da un poco de más ganas de seguir mejorando, practicando fuerte y tratar de no perderles pisada a los de arriba”, reflexionó Del Potro.
El tandilense pisó fuerte en Acapulco, un certamen que no había conquistado nunca. Y se fue con una sonrisa, la confianza por las nubes y su raqueta cargada de buen tenis para encarar el próximo desafío.