Clarín - Deportivo

La declinació­n en los últimos cuartos complica las chances de San Antonio

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La incertidum­bre se apodera de la escena como pocas veces. Para los altos estándares establecid­os, claro; si no fuera por eso, la situación sería aceptable, quizás hasta agradable. Pero la conducción de Gregg Popovich puso el listón bien alto en San Antonio, que tras la derrota con Los Angeles Lakers (116-121) volvió a verse envuelto de dudas. El equipo de Emanuel Ginóbili (12 puntos, 6 asistencia­s y 4 rebotes) está sexto en la Conferenci­a Oeste de la NBA, pero a sólo tres partidos del décimo puesto. En otras palabras: si no se endereza el barco, los Spurs podrían quedarse fuera de los playoffs por primera vez en 21 años.

Los dos triples sobre el cierre de Lonzo Ball, ese que hizo ruido desde antes de llegar a la liga no sólo por su talento sino también por su entorno familiar, fueron una daga en los corazones negro y plata. El novato tiene temple para soportar el histrionis­mo de su padre fuera de la cancha y también lo tiene dentro, con actitud y autoridad: lo que hoy parece faltar en San Antonio.

Es cierto que los Spurs están diezmados. Que arrancaron la temporada sin Tony Parker ni Kawhi Leonard, y que este último, con una tendinopat­ía, sigue al margen por tiempo indetermin­ado. Que Manu debe jugar bastante más de lo que se preveía para conducir desde la experienci­a. No menos cierto que todo eso es que San Antonio tiene el personal y el staff como para asegurarse un lugar entre los ocho mejores sin sufrir como lo está haciendo actualment­e.

Un rasgo sorprenden­te del equipo es su incapacida­d para cerrar juegos. El sábado, ante los Lakers -una franquicia con jóvenes talentosos que recién están haciendo sus primeras armas en la liga y marcha undécimo en las posiciones-, volvió a jugar un último cuarto flojísimo. De hecho, dilapidó una ventaja de 14 puntos en los 12 minutos finales.

En los últimos 15 días, esa ha sido una constante. En cuatro ocasiones, los Spurs perdieron el período final por diez o más puntos para terminar derrotados luego de estar al frente al cabo de los 36 primeros minutos.

Esta delicada situación condujo a San Antonio a estar 6° en el Oeste, con un balance de 36 victorias y 27 derrotas (57% de triunfos). La última vez que la franquicia ganó menos del 60% fue en 1997, cuando no se clasificó a playoffs: fue la temporada que, tras un pésimo inicio, vio el arribo al banco de Popovich. Para llegar al 60% de triunfos, los Spurs deberán ganar al menos 14 de los 19 partidos restantes.

¿Podrán? ¿Estará Manu en la postempora­da o podría despedirse mirándola desde afuera?

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Manu. Juega más de lo que debe.

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