La violencia en el fútbol volvió en West Ham y también en Lille
Una jornada violenta se vivió ayer en las ligas de Inglaterra y Francia cuando hinchadas disconformes con los presentes de sus equipos, la del West Ham en la Premier League y la del Lille en la Ligue 1, ingresaron al campo de juego y generaron caos.
Supo dejar atrás el fúitbol inglés su impronta de violencia en las canchas. Los célebres hooligans son parte del pasado. Y sin embargo, los desmanes reaparecieron en escena ayer en la Premier League, por lejos la liga más atractiva del mundo. Los propietarios del West Ham debieron abandonar el London Stadium en pleno partido a raíz de los incidentes desatados en el campo de juego y también en las tribunas durante la derrota ante Burnley 3-0, por la fecha 30.
Después del primer gol de Burnley, algunos hinchas invadieron el campo antes de que el defensor James Collins les pidiese que se fueran. Uno de los hinchas fue atacado por el capitán local, Mark Noble, furioso al ver que su propia hinchada los atacaba.
El segundo gol de Burnley provocó más caos. Un hincha ingresó portando el poste que sostiene uno de los banderines del córner y lo plantó en el círculo central. Y centenares de aficionados la emprendieron contra los propietarios del club, David Gold y David Sullivan, ubicados en el palco oficial. Les exigían que se fueran y los acusaban de haber sacado al equipo de su reducto de Upton Park para recalar en el estadio olímpico. El West Ham de los argentinos Pablo Zabaleta y Manuel Lanzini está 16°, a dos puntos de los puestos de descenso.
Lo ocurrido en Francia tuvo ribetes dramáticos. Numerosos aficionados del Lille entraron al campo de juego del estadio Pierre-Mauroy al término del empate 1-1 con Montpellier y encararon a algunos jugadores hasta que fueron reducidos por las fuerzas de seguridad.
Los hinchas, furiosos por el mal momento de su equipo, penúltimo en la tabla y con seis partidos sin ganar, lanzaron varios objetos contra los jugadores, los insultaron y amenazaron. Alguno de los jugadores, incluso, fueron empujados.
Los agentes tardaron varios minutos en controlar la situación. Formaron un cordón policial en la entrada a los vestuarios para garantizar la salida del campo de los futbolistas.