El doble “9” fue la fórmula que rescató a un equipo sin juego
“Habíamos practicado la jugada”, contó el pibe. “El resultado sirve como envión anímico”, dijo el ex Boca.
“Preguntale a Reniero cuántos goles hizo y quién le dio las asistencias”, dijo Nicolás Blandi charlando con la televisión apenas cerrado el clásico. “Todos fueron con pase-gol míos, eh, jajajaja”, cerró. Todo con una sonrisa vacía de soberbia y llena de felicidad porque San Lorenzo, si bien no había ganado, acababa de rescatar un empate sobre la hora en el clásico que le sirvió para llenarse de alivio. Una derrota jugando tan mal hubiera sido igual a una semana tensa, muy difícil de sobrellevar.
Si San Lorenzo llegó a la igualdad fue por su doble 9. Todo lo que no supo generar el equipo lo provocaron ellos en esa jugada que derivó en el 1-1. Blandi tiró el centro desde la posición de los viejos wines izquierdos y Reniero apa- reció por detrás de Caruzzo (estaba como centrodelantero en esa búsqueda desesperada) y de todos, por el segundo palo, con un cabezazo impactante, arrasando en el salto a su marcador Araujo. Después, Reniero contó que “habíamos practicado la jugada del gol. Con Blandi nos complementamos bien. Estoy contento por el empate, pero creo que merecimos más”.
Por otro lado, Blandi evaluó: “Espero que la gente se haya sentido identificada con el esfuerzo que hicimos. A veces se llega jugando bien, a veces con ganas... El resultado para nosotros, después de ir perdiendo, sirve como envión anímico”.