Clarín - Deportivo

Para Arsenal y para Vélez, más desencanto­s que esperanzas

- Oscar Barnade obarnade@clarin.com

“Bienaventu­rados los que están en el fondo del pozo porque de ahí en

adelante sólo cabe ir mejorando”. La frase, de Bienaventu­rados, que escribió y canta el catalán Joan Manuel Serrat le sienta a la perfección al presente de Arsenal y Vélez, que igualaron 1-1 en Sarandí, en un encuentro que generó más desencanto­s que esperanzas.

1) El camino de Arsenal. Transita sus últimos partidos en Primera . Su situación es irremediab­le. Ultimo en la Superliga, penúltimo en los promedios, está en el fondo del pozo. En la desazón, el punto de ayer no le sirve de mucho, aunque haya mejorado su juego con respecto a los partidos anteriores, como dijo su técnico Sergio Rondina, quien tiene como objetivo alcanzar a Olimpo y a Temperley en el promedio y esperar un milagro.

2) Las imprecisio­nes de Vélez. El equipo de Heinze no está en el fondo del pozo, es cierto, pero ayer retrocedió. En los últimos tres partidos (River, Racing y Central) había mostrado cierta mejoría. Tiene posesión de pelota pero no es preciso en el traslado. Es vertical, busca el toque justo entre líneas y el pase largo para sorprender. Y falla. Construye y pierde por igual. Un 50 % sigue siendo poco para pensar en un comienzo holgado la próxima temporada.

3) Los ensayos y la función. “No ví en la cancha mucho de lo que hacemos en la semana”. dijo Gabrie Heinze tras el partido. “La que tuvo Cáseres en el final, en las prácticas las mete todas, y acá definió por arriba”, agregó. Dos síntesis para explicar lo que le sucede a su equipo. Ni juego, ni suerte. Hubo una mala actuación porque no hicieron lo que practican. Pero aún sin jugar bien, algunas situacione­s generó y falló, como Cáseres en la última jugada del partido. Antes, Santillo se lució, primero ante Vargas y después frente a Bouzat.

4) Dos goles para contar. Bouzat jugó casi todo el partido por derecha, pero desequilib­ró más el ratito que se tiró a la izquierda. Eludió a Purita, a Ferreyra, se metió en el área, tiró el centro ante el cruce de Cardozo, que abrió el brazo en la marca. Penal. Zárate, con calidad, metió el 1-0. Fue el momento de manejar el partido, de controlar la pelota. Pero Vélez hizo todo lo contrario y trató de sacarse la pelota de encima. Por eso a los tres minutos empató Arsenal, que aprovechó una seguidilla de desintelig­encias de la visita para dejar en buena posición a Cháves, quien definió con un fuerte remate de derecha. No fue 2-1 para el local porque Rigamonti se quedó con el remate de gol de Purita.

5) Una estrella sin respuestas. “No jugamos bien, no entiendo. No supimos manejar la pelota, no supimos aguantar. Es un retroceso”. Mauro Zárate , quien ayer cumplió 31 años -en realidad nació el 13 y lo anotaron el 18- y llegó al 50 goles en Vélez, fue pura sinceridad. Y el tampoco juega bien, más allá de la buena definición en el penal. No se siente como 9 de referencia y por eso se retrasa demasiado. No gana en el mano a mano. No explota. No desequilib­ra. Vélez necesita mejorar. Y él también.

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