Clarín - Deportivo

Los domadores del Río de la Plata

Damián Blaum y Pilar Geijo. Los campeones mundiales cruzaron a nado desde Uruguay a la Argentina.

- Luciana Aranguiz laranguiz@clarin.com

Intentás llevar tu cabeza y tu cuerpo al límite máximo de dolor. Así terminaron saliendo los tiempos récord que logramos”. Damián Blaum Sé que podré cruzar un río hasta cuando tenga 50 años o más. Pero la emoción y la motivación es imaginarte haciendo un récord”. Pilar Geijo

“En las carreras tenemos la presión de la competenci­a, de los rivales y de los resultados. Pero esta vez sólo pensábamos en nadar durante nueve horas. ¿Qué dificultad hay en eso?”, comenta ella. Y él le da la razón: “Nos entrenamos durante seis o siete horas por día desde hace años. Entonces, ¿qué te hace nadar nueve horas?”. Pilar Geijo y Damián Blaum lo cuentan así, relajados, entre risas, como si lo que consiguier­on no fuera gran cosa. Pero ellos saben que no es así. Saben que haber cruzado a nado el Río de la Plata con tiempos récord es un logro que quedará en la historia y también en sus memorias. Porque, como recuerdan en una

charla con Clarín, ambos vivieron una experienci­a distinta e inolvidabl­e.

La idea de realizar la travesía uniendo Colonia, Uruguay, con Punta Lara, Argentina, les rondaba la cabeza desde hacía tiempo. Y el año pasado les llegó una propuesta de Swim Argentina para hacer realidad ese sueño. La empresa se haría cargo de la logística y ellos tenían que preocupars­e sólo por nadar. “Hacía mucho que me movilizaba el tema del cruce. Cada vez que veía el río o cuando viajaba en ferry a Colonia pensaba lo lindo que sería hacerlo nadando. Pero era una ilusión. Nunca se había presentado la oportunida­d. Y terminó siendo una aventura hermosa, porque cruzar nadando de un país a otro es muy loco y muy lindo”, cuenta Blaum, que completó los 42,2 kilómetros el 17 de febrero pasado en 9 horas y 6 minutos, bajando ampliament­e las 10 horas del récord que tenía Gustavo Oriozabala desde 1993.

Geijo se tiró al agua el 8 de marzo, realizó el mismo recorrido en 9h33m50 y pulverizó la marca de 12h06 que pertenecía a Noelia Petti desde 2014. “Haber cruzado justo el Día Internacio­nal de la Mujer le dio un contexto más trascenden­tal. Fue hermoso. En un momento, en el medio del río, desde el barco que me acompañaba me pusieron un cartel que decía: ‘Aguas argentinas’ y yo pensaba: ‘Es muy loco: hago una brazada atrás y estoy en Uruguay’”, relata la cuatro veces campeona mundial de aguas abiertas, quien el 31 ingresará al Salón de la Fama de la Federación Internacio­nal de Natación.

Blaum había tenido un primer intento el miércoles 14 de febrero, pero tuvo que abandonar cuando ya había hecho la mitad del recorrido porque no le llegó a tiempo la autorizaci­ón de Prefectura Naval para nadar en aguas argentinas. “Nos jugó una mala pasada el feriado de Carnaval, porque habíamos mandado los papeles pero nunca llegaron a Prefectura. Cuando llegué a la mitad del río, a la boya que limita los países, me dijeron que tenía que parar. Estuvimos media hora tratando de solucionar­lo, pero al final no pudimos”, rememora.

No se iba a quedar con las ganas y el destino le jugó una buena pasada. “"Sin importar los 21 kilómetros nadados y las cuatro horas que había hecho ese miércoles o el cansando que tenía, a

las 72 horas estaba de vuelta en el agua. Y en el segundo intento estaba más tranquilo porque ya sabía lo que me esperaba”, dice.

“Disfruté mucho tirarme al agua en soledad y ver la salida del sol mientras iba nadando fue una de las mejores experienci­as que tuve. Yo respiro normalment­e hacia la derecha, miran- do a mi bote, y empecé a respirar para la izquierda para poder ver el amanecer. No podía creer lo que estaba viendo. Por eso a Pili le dije que se acordara de mirar el sol, porque fue una de las mejores cosas del cruce”, desmenuza Blaum.

“Ver la salida del sol desde el agua es algo único -coincide Pilar-. Me puse a prestar atención al movimiento de la tierra reflejado en los movimiento­s del sol y de la luna, algo tan básico pero tan emocionant­e de experiment­ar”.

¿Cómo se hace para focalizars­e durante tanto tiempo a pura brazada? Responde Geijo: “Por la cabeza te pasa de todo y aunque estás sola en el agua, estás acompañada de un montón de pensamient­os y te das cuenta de las personas que son importante­s para vos”. Cuenta Blaum, campeón mundial de aguas abiertas en 2013: “El aburrimien­to y la soledad eran las cosas que más respetaba, pero estuve muy bien acompañado. Iba pensando todo el tiempo en cosas positivas, en mi mujer Esther, que es también nuestra entrenador­a, y mi hija Gala. Intentaba estar enfocado en cuál era mi objetivo y pensando en los motivos por los que estaba ahí”.

¿Cómo se hace para encarar la largada de una aventura tan extensa? “Cuando estaba por comenzar, estaba oscuro y frío. Había cinco o seis personas pescando. Yo los miraba y pensaba: '¡Qué gente rara!'. Y ellos me miraban como diciendo: 'Esa está loca'”, detalla Pilar con una sonrisa.

“El canal era el monstruo del cruce. Damián me había dicho que pasaban barcos muy grandes y a mí siempre los barcos me dieron miedo. En un momento sentí el agua más fría, porque es más hondo, y de repente había unos barcos grandes. Uno de Hong Kong nos pasó muy

cerca y era terrible, realmente gigante. Pero fue muy lindo y muy loco. Y cuando ya sabía que iba a bajar el récord de 12 horas, como para mantenerme motivada, pensé en tratar de hacer el récord de los varones. Eso me mantuvo entusiasma­da para seguir”, cuenta Geijo.

Los entrenamie­ntos físicos no fueron un desafío para ellos. Lo que cambió fue la preparació­n psicológic­a. “No tener seguridad de cuándo vas a nadar te genera mucha ansiedad”, explica Blaum. Geijo añade: “En una carrera hacen un pique y vos tenés que estar atenta a hacerlo también para seguir el grupo. Acá tenés que buscar motivación para no aburrirte”.

Fue la primera travesía de este tipo para ambos, pero no será la última. “Tenemos pensado una para noviembre, que nos ofrecieron pero que está todavía armándose... La idea es cruzar el Canal de Beagle, que une Chile con Argentina. Y nos gustaría hacer el récord del Canal de la Mancha en Inglaterra”.

Pilar Geijo y Damián Blaum, campeones mundiales de aguas abiertas, se animaron a una experienci­a distinta y cruzaron a nado el Río de la Plata. Y ya se ilusionan con más...

 ?? DIEGO DÍAZ ?? La forma del agua. Damián Blaum y Pilar Geijo, amigos y apasionado­s por lo que hacen, reunidos por Clarín en el CeNARD.
DIEGO DÍAZ La forma del agua. Damián Blaum y Pilar Geijo, amigos y apasionado­s por lo que hacen, reunidos por Clarín en el CeNARD.

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