Los pibes de Vélez y Estudiantes armaron un festival de goles
El local levantó un 0-2 cuando tenía un hombre menos. Los platenses lo empataron y casi lo ganan al final.
“Tienen que creer en estos chicos. Crean. Les van a dar muchas alegrías”. La frase la soltó Gabriel Heinze luego del emotivo empate 3-3 entre Vélez y Estudiantes, pero pudo ser también del otro entrenador. Y es que, en Liniers, por el local jugaron los juveniles De La Fuente, Ortega, Domínguez, Cáseres, Vargas y Grillo; y por el visitante, Matías Ruiz Díaz, Iván Gómez, Lucas Diarte, Bautista Cascini y Juan Cejas. Se puede ser competitivo con chicos de las inferiores en el campo, se evidenció en el Amalfitani. Y se puede, además, provocar un partidazo como el de ayer en el calor del mediodía.
Y también está Mauro Zárate, el emblema y la figura estelar de este Vélez que padece por el fantasma de los promedios. ¿Cuántos goles hizo Zárate como el que le marcó a Estudiantes, ese que se parece demasiado a los miles que hace Messi en Barcelona con el otro perfil? Al igual que la Pulga de Rosario, Mauro lleva varios festejos con jugadas similares. Sale de izquierda a derecha e impacta la pelota con fuerza y rosca al palo más lejano de los arqueros, ayer Andújar. Fue un grito especial el de Zárate, que jugó de todo: enganche, volante interno, delantero y en los minutos finales de volante tapón (se ganó una ovación en el descuento por ir al piso y desactivar una interesante contra de Estudiantes). Se dice que fue particular el grito porque se abra- zó con todos sus compañeros y hasta invitó al entrenador Heinze, que se sumó con algo de timidez. Los rumores de una presunta pelea entre el goleador y el DT tendrán que esperar unas semanas más. Ese golazo de Mauro había sido el empate parcial que Vélez merecía pese a estar con un hombre menos.
Los primeros instantes del partido mostraron lo frágil que es Vélez cuando retrocede. Le anotaron dos goles de manera infantil. Le hacía daño con muy poco el Pincha: dos pelotas largas de Cascini para las escapadas de Pavone (gol) y Otero (expulsión de Abran, tiro libre y gol). Esperar y salir disparado, ese fue el simple libreto de los platenses que complicó demasiado a Vélez. El Fortín pudo descontar con un tanto con la mano de Rodrigo Salinas. Se abría otro partido.
Metió buenos cambios Heinze en el entretiempo. Sacó a Bouzat y puso a Mainero a hacer la banda derecha y metió a Grillo por De La Fuente. ¿Cómo se acomodó? Jugó sin lateral derecho. Ese sector lo cubrían entre Mainero -puntero derecho-, Cubero -primer centraly Cáseres -volante tapón-. Al empate de Zárate le siguió el golazo de Vargas. Sí, con uno menos Vélez dio vuelta el juego.
Como era de esperar, el local se metió atrás. Tuvo que gastar rápido el último cambio: Gastón Díaz por Ortega para reforzar la defensa. Se quedó sin piernas, además. El 3-3 definitivo llegó tras un buen cabezazo de anticipo de Facundo Sánchez luego de un centro de Sebastián Dubarbier.
La igualdad 3-3 entre Vélez y Estudiantes fue emotiva, atrapante y caótica. Hubo goles, errores, protestas, una roja, golazos y mucho fútbol. Y una enseñanza (que ya se conoce de memoria, es cierto) de que con juveniles también se puede ser protagonistas. No hace falta gastar millones. Hay que animarse y creer, como dijo Heinze.