Argentinos aprovechó regalos y profundizó la caída de Gimnasia
Lo mismo que Banfield (2-0 hace dos fechas en el Bosque) y San Martín (30 en San Juan) ayer Argentinos también se aprovechó de la carencia de argumentos futbolísticos de Gimnasia al derrotarlo 3-1 para dejarlo vacío de fútbol y en una oscura pendiente de la que parece no puede escapar.
Equipo trabajador y sencillo, los de Alfredo Berti trabajaron 90 minutos para encajonar a Gimnasia en la ineficacia hasta empujarlo al error en el que suele caer cuando falla en el arco oponente. Cosa que sucedió a poco de comenzar el complemento, cuando Pereyra quiso asistir a su arquero desde una posición insólita, y no hizo más que servirle un pase-gol a Nicolás González, quien agradecido fusiló a Arias pisando el área grande.
Quebrado el partido tras dicho “incidente”, el Lobo, que antes había atacado con balas de fogueo, comenzó a jugar más rápido que sus propias ideas. Y, prolijamente, la visita lo esperó ordenadamente hasta que su rival simplemente y en medio de su propio barullo perdiera la pelota.
Argentinos sacó provecho del desconcierto defensivo tras un córner – Kevin Mac Allister saltó fácil en medio del ramillete de zagueros rivalesy allí –iban 25 minutos- chau partido. El gol de la esperanza del descuento de Omar Alderete a quince minutos del final, no hizo más que acelerar la taquicardia tripera. Y, con ello, facilitar la tarea de patrullaje y quite de Gastón Machón y compañía, para cederle el balón a Nicolás González que, literalmente, enloqueció a cuanto defensor le salía al cruce.
Gimnasia empeoró su proyecto de juego conforme pasaban los minutos –y también los cambios, que poco cambiaron-, pero así y todo estaba a tiro del milagroso empate, hasta que el arquero Alexis Martín Arias le regaló un pase al delantero rival más cercano –Alexis Mac Allister- que no tuvo más que empujarla para salir a gritar el tercero.
Probablemente Argentinos no vuelva a encontrarse con rivales tan “amigables” como el de ayer, pero como fuera cortó tres salidas de La Paternal con una extraña victoria.
A la deriva, Gimnasia sigue el juego de ir a prueba y error y por lo visto la segunda posibilidad se impone cómodamente. Peligrosamente.