En Italia, Icardi y Dybala siguen de racha goleadora para hacer dudar a Sampaoli
Ausentes en la gira de la Selección por Europa, fueron decisivos en sus equipos. La Juve sacó 4 puntos de ventaja.
Jorge Sampaoli parecía convencido en la antesala de la Fecha FIFA. Se sentía fuerte para decirles que no a Mauro Icardi y a Paulo Dybala. Ellos, figuras y goleadores en equipos de élite, no tuvieron lugar en la gira que - se había pensado- iba a definir la lista de 23 futbolistas para la Copa del Mundo de Rusia.
El devastador 1-6 frente a España
pateó el rompecabezas. A dos meses y medio del Mundial a la Selección le faltan piezas. Y los grandes rivales (La Roja que lo vapuleó, Brasil y Alemania) lucen demasiado lejos en términos del juego y del potencial. Ahora, si no fuera por el omnipresente Messi, el objetivo de ganar en Rusia sería lo más parecido a un imposible. La Serie A de Italia, en su primer fin
de semana posterior al bochorno argentino en Madrid, contactó a Sampaoli con otra verdad: los que dejó afuera en su última lista juegan como para estar en el Mundial.
La primera pelota que tocó Icardi fue gol. Un minutito -en realidad 36 segundos- tardó en vencer al arquero del Hellas Verona, Nicolás Andrade. En la segunda llegada a fondo del equipo neroazzurro en el segundo tiempo, Il Capitano del Inter estableció el 3-0. Festejó a lo Riquelme, como el Topo Gigio. Sus orejas quieren escuchar qué es lo que de él dicen ahora. O eso parece. Su equipo se sos-
tiene en la zona Champions League.
En las tribunas del Meazza, un montón de hinchas y su familia entera, sonreían detrás de la careta que mostraba su imagen. Era un modo de celebrar un detalle relevante: superó la barrera de los 100 goles con el Inter. Los hinchas se lo agradecieron mostrándose con su cara.
Paulo Dybala, un rato después, hizo algo parecido: en la primera pelota que tocó convirtió un golazo. Los jugadores del Milan lo miraban con asombro, como sin entender. Con un zurdazo impecable e implacable hizo inútil la estirada de Gianluigi Donnarumma y sus 196 centímetros de arquero inmenso.
Ese grito, que estuvo acompañado del festejo habitual de La Máscara, sirvió para otra victoria de las importantes: en uno de los duelos más complicados y más esperados, ante los archirrivales rossoneros, Juventus se impuso 3-1. Gonzalo Higuaín, quien también jugó los 90 minutos, no convirtió. Con el triunfo, el defensor del título que va por su séptimo
Scudetto en fila, se aprovechó del empate (1-1) del Napoli frente a Sassuolo para sacarle cuatro puntos de ventaja al equipo del Sur. w