Clarín - Deportivo

San Lorenzo cumplió el trámite y permanece a la expectativ­a

El local sufrió más de lo necesario y hasta hubo un par de atajadas de Navarro sobre el final. Reniero está en racha.

- Javier Quintela jquintela@clarin.com Sufriendo ante un rival ya descendido. Así terminó ayer el partido San Lorenzo. Y si bien puso un pie en la Copa Libertador­es del año que viene, sigue en deuda con su juego y casi termina pagando muy caro su falta de e

desconcier­to del equipo de San Martín que las jugadas de más peligro de San Lorenzo llegaron por fallas propias y no por aciertos del rival. Del otro lado, los de Boedo fueron inteligent­es: sabiéndose superiores, pareció que jugaron con la certeza y la tranquilid­ad de que en algún momento el gol llegaría por decantació­n.

Con la enfermería azulgrana repleta, Biaggio les dio lugar a los pibes. Y así, cinco de los once titulares del equipo fueron formados en Boedo: Rojas, Senesi, Moyano, Barrios y Reniero. Y todos cumplieron, a tal punto que dos de ellos fueron protagonis­tas del gol que abrió el marcador, ayudados por los errores del rival, claro: tras el centro de Paulo Díaz y las dudas de Pedro Fernández, Senesi bajó la pelota, que le quedó a Reniero por otro error, esta vez de Ré. Lo del Príncipe ya no sorprende tanto: sin el lesionado Blandi, el joven delantero fue la referencia en el área rival. Y al igual que ante Vélez hace algunos días (ingresó en el segundo tiempo y convirtió), Reniero volvió a aprovechar su oportunida­d.

Eso sí, además de los pibes hubo otro punto alto en San Lorenzo, un futbolista que hace rato se volvió claque ve en la mitad de la cancha: Piris da Motta, que por presente y por obligación es cada vez más protagonis­ta en el juego azulgrana, combinando quite y distribuci­ón. Precisamen­te el paraguayo fue clave en el 1-0, al no dar por perdida la pelota, y antes de eso había tenido su oportunida­d para marcar, pero su cabezazo se fue cerca del palo derecho de Fernández.

La tarea era complicada para los dos en el complement­o. Para Chacarita, la desventaja en el marcador traía consigo una obligación, una que, sin ideas, era muy difícil de cumplir. Y para San Lorenzo, el 1-0 quedaba corto, por lo que no podía confiarse: debía confirmar esa superiorid­ad en el marcador y sostener el ritmo ante un equipo desconcert­ante en su juego, parecía perdido pero al que no podía convertirl­e el segundo gol.

Así, el local tuvo sus chances con Gudiño, pero en menos de 120 segundo el volante falló dos veces. Y de repente, casi sin intentarlo, el visitante comenzó a adelantars­e unos metros en el campo. Y también tuvo sus oportunida­des claras.

Biaggio movió el banco, y puso en cancha a otros dos jugadores made in Boedo (Germán Berterame y Leandro Romagnoli), pero el que mejoró fue Chacarita. Con Mauro Matos bajando de cabeza todo lo que le tiraban desde el fondo (el ex San Lorenzo recibió una plaqueta en la previa y varios aplausos de los hinchas), los de San Martín merodearon el arco de Navarro y hasta lo hicieron revolcarse en más de una ocasión.

Ahora, la Copa Libertador­es 2019 parece cada vez más una realidad. ¿El torneo local? La matemática todavía invita a la ilusión: Boca está a cuatro puntos, aunque con un partido menos, ese que juega hoy ante Newell’s en la Bombonera. Eso sí, sea cual sea el objetivo central del Ciclón en lo que queda del semestre, la consigna es clara para los azulgranas: mejorar para no volver a terminar sufriendo.

 ?? JUANO TESONE ?? El único grito. Reniero festeja con ganas su gol, el que le alcanzó al equipo del Pampa para seguir peleando arriba.
JUANO TESONE El único grito. Reniero festeja con ganas su gol, el que le alcanzó al equipo del Pampa para seguir peleando arriba.

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