Tete impuso una supremacía absoluta de principio a fin
Omar Narváez (42 años; 53,206 kilos) intentó la hazaña de ser campeón mundial en tres categorías diferentes pero lejos estuvo de lograrlo porque fue superado ampliamente por el sudafricano Zolani Tete (52,798), quien retuvo su cinturón gallo de la Organización Mundial de Boxeo en el estadio SSE de Belfast.
De inicio a fin del combate se observó a un Narváez muy dubitativo que le cedió el centro del ring a su adversario, quien se dedicó a boxear de lejos imponiendo su mayor envergadura física y alcance de brazos (el sudafricano mide 1,75 metros contra el 1,59 del argentino).
Otra de las claves de la pelea radicó en la velocidad del campeón del mundo -12 años menor-, quien en todo momento salió mejor parado de los intercambios aunque casi no sufrió golpes por parte de Omar Náravez, quien en la mayoría del trámite del combate se dedicó a defenderse.
Esa situación quedó expuesta en el fallo unánime: los tres jueces dieron la misma tarjeta y vieron ganador a Tete por 120 a 108; es decir que ganó todos los asaltos.
Los primeros tres rounds fueron el ejemplo paradigmático de lo que sería la pelea: allí se vio a un Narváez tímido, con la guardia alta y casi sin lanzar golpes. Esa situación luego continuó en una menor medida aunque en el noveno asalto el árbitro le pidió gestualmente al chubutense “que lanzara golpes”.
La amplia diferencia que existió entre ambos boxeadores también se vio reflejada en el rostro de Narváez, que terminó con el ojo derecho hinchado y con un corte en la nariz mientras su rival no acusó magullón alguno.
Zolani Tete ostenta un record de 27-3-0 mientras el de Omar Narváez quedó en 48-3-2 (25 nocauts).