Arsenal festejó en Sarandí una goleada impensada
Ferrari (en contra), Lomónaco, Antilef y Purita fueron los autores de los goles. Martínez vio la roja.
¿Quién lo hubiera dicho, no Arsenal? Justo en el partido que marcaba su despedida de la Superliga como local se atrevió a ofrecer una actuación elogiable y un resultado impensado (no marcaba tres goles en un primer tiempo desde el 3-3 con Belgrano en 2016) si se lo compara con la paupérrima campaña que lo devolvió a la Primera B Nacional. Un 4-0 ante un desconcertante Rosario Central ( su- frió su cuarta derrota consecutiva) para regalarle una sonrisa a su gente, que se fue del Viaducto al grito de “Aunque se vaya al descenso/aunque no salga campeón/el Arse es un sentimiento/se lleva en el corazón...”
Fueron 16 años fructíferos en la elite, tras el ascenso que logró con Burruchaga como entrenador. Se sucedieron tres títulos locales (Clausura y Supercopa Argentina 2012, Copa Argentina 2013) y otros dos internacionales (Copas Sudamericana 2007 y Suruga Bank 2008), de la mano de Alfaro y Garnero, y la proyección del club barrial fundado en 1957 por la familia Grondona. Después, los malos refuerzos y un declive futbolístico culminó con hace unas fechas con el maldito descenso.
El fixture le dejó reservado un capítulo especial: el adiós fue ante el mismo rival con el que jugó por primera vez en Sarandí ( 3- 1, el 14 de agosto de 2004, en su debut en el Apertura), tras haber peregrinado su localía en Racing y Lanús durante sus dos primeros años en Primera.
No le fue fácil en el tramo inicial, porque Central manejó la pelota y tuvo un par de situaciones claras en los pies de Zampedri y Da Campo, abortadas por los reflejos del debutante Mauricio Aquino (24 años, ex Boca).
Un envión arrollador del local y quince minutos fatales de los rosarinos, incluida la roja a Martínez por una dura entrada a Antilef marcaron la diferencia. El primer gol llegó por un centro de Alanis que no pudo cabecear Lomónaco, pero sí Ferrari en contra de su valla. El segundo grito fue tras un remate de Purita que no empujó Ferreyra dentro del área y definió Lomónaco. El tercero nació en un remate de Lomónaco que se estrelló en el palo izquierdo y Antilef se llevó la pelota por delante en la línea.
En el complemento, una exquisita asistencia de Alanis -picó la pelotapara que Purita anotara su primer gol y se ganara la ovación de la hinchada. Fue goleada y fue festejo, con una promesa firme: “Vamos a volver”.