Hierro caliente: el desafío como entrenador para alguien que brilló como futbolista
Luego de la cesantía de Lopetegui, deja el saco de director deportivo y se pone el de técnico en un estreno de riesgo.
Johan Cruyff era el técnico de un Barcelona que comenzaba a mostrarle al mundo que tenía el pertinaz deseo de ser el dueño del fútbol. El holandés, flaco de tantos cigarrillos, gritaba en pleno clásico frente al Real Madrid: “Nadaaaaaal, con Hierro. Nadaaaaaaal, con Hierro”. Fernando Hierro jugaba como marcador central y era el capitán de la Casa Blanca. Pero su influencia ofensiva era tal que reclamaba una marca personal. Es el mismo hombre que ahora, en la antesala de la Copa del Mundo, tiene que hacerse cargo de un escándalo. España, candidato principal junto a Brasll para las casas de apuestas, será dirigido por él en su recorrido por Rusia tras la destitución sorpresiva y absurda de Julen Lopetegui, tras el anuncio de su llegada al Real Madrid.
Hierro (50 años) sabe de finales y de partidos decisivos. Lo aprendió como jugador, bajo el cielo del Santiago Bernabéu: allí ganó 17 títulos. Y lo sabe también por su condición de director deportivo de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) entre 2007 y 2011. Sí, fue parte del mejor ciclo de la historia de La Roja, ese que derivó en el gol de Andrés Iniesta y en la gloria universal. Ahora, de imprevisto, está a cargo del timón. Es cierto, es nuevo. Es cierto, sabe de qué se trata la cuestión.
“Se verá a la misma España, la que quiere ser protagonista, porque no vamos a cambiar ni un ápice de lo que esta selección lleva haciendo durante mucho tiempo. Es imposible cambiar en un día, además”, dice un Hierro de cara seria en su primera conferencia de prensa como entrenador de España; en su última exposición pública antes del estreno frente a Portugal, ahí en Sochi, donde el verano del hemisferio norte se ofrece ante los visitantes. No es casualidad el detalle ajeno: al borde de las playas de esta ciudad rusa se hospeda Brasil, el otro gran candidato.
Más de la conferencia de Hierro justo antes de la presentación en el estadio Fisht: “Jugamos ante la vigente campeona de Europa y le tenemos mucho respeto, pero también tenemos mucha confianza en nuestros chicos. Creo que llegamos en un buen momento y perfectamente preparados tras dos semanas de trabajo muy
intensas. Tengo una confianza plena en el trabajo realizado durante estos casi dos años”. Se desprende de sus palabras: Hierro no quiere dificultades con el pasado reciente. Mucho menos alimentar fantasmas en tiempo presente.
Tiene una curiosa ventaja el flamante entrenador: mezclado entre los jugadores y con la misma vestimenta, parece uno más de los que se disputan un lugar para enfrentar a Cristiano Ronaldo y compañía. Por estado físico, sobre todo. Pero también por esa sensación de que siempre estuvo ahí. Hierro disputó cuatro Mundiales y dos Eurocopas con La Furia, unos años antes de la Era del Tiki Tiki Glorioso.
Luce como un capitán más que un entrenador a cargo (más en este tiempo en el que los seleccionadores son, en su mayoría, abuelos y/o sexagenarios). Pero el capitán es otro, Sergio Ramos, también formado entre los rigores y las exposiciones de la Casa Blanca. Fue él, tricampeón de la Champions League hace tan poco, quien también contó este escenario después de las horas de furia: “Teníamos que pasar página porque no ha sido nada agradable. Julen ha sido parte de lo hecho, pero España está por encima. Hay que pasar página y nadie mejor que Hierro para cubrir la baja de Julen. Es uno de los idóneos para estar aquí y ojalá podamos hacer una selección como antes”. Al final de su exposición dejó una frase que cuenta a la España de Hierro: “Parece que estamos en un velatorio y mañana empezamos el Mundial y quiero terminar con una sonrisa”. Apenas eso. Todo eso.