Clarín - Deportivo

Portugal le empató a España porque CR7, algunas veces, es tan grande como cree

El selecciona­do ahora dirigido por Fernando Hierro desplegó de a ratos su fútbol distinguid­o, pero ese jugador-goleador que es Cristiano le arrebató la victoria en un partidazo inolvidabl­e.

- Daniel Lagares dlagares@clarin.com

En algo se parece Cristiano a Messi. Todo lo tiene que hacer él. Y así como Leo suele hacer lo imposible, el bueno de Cristiano también. El solo se enfrentó a esa biblioteca de fútbol que es España, aun esta España revuelta en los escritorio­s, herida en el amor propio y sacudida por sus circunstan­cias. Cristiano, cómo no aplaudirlo. De pie y respetuosa­mente.

El hat trick, bien mirado, engaña. Si es goleador, que haga goles. Los hizo, como siempre. Pero distraen esos tres gritos ya históricos. Cristiano hizo en su Portugal lo que suele hacer en el Real Madrid, sobre todo durante los primeros 20 minutos: fue un 10 virtual, metido detrás de Guedes y delante de Fernandes y William Carvalho, sobre la izquierda, por adentro. Y desde ahí manejó el juego, todavía con frescura, de su equipo. Le puso una cuña al hueco español entre Koke, Nacho y Piqué, el ala derecha del rival. Y armó un desastre.

El Cristiano-jugador le ganaba al Cristiano-goleador cuando ya había llegado a la red. A su conjuro, Portugal controlaba a España y la dominaba de a ratos. Después, cuando Diego Costa ya había alcanzado el primer empate con una corajeada y parecía que se aproximaba un festival, el equipo de Fernando Santos sobrevivió al recital de Iniesta-Isco-Alba.

Ronaldo no se entregó durante toda la segunda parte, cuando España lo dio vuelta y como un cazador experto esperó y esperó que la presa se distrajera para encontrar el momento y el lugar donde asestarle el balazo certero, mortal, definitivo. A su uso. Como suele hacer la mejor versión de Messi en los minutos finales de cada partido.

Hasta ayer, Cristiano era el tercer máximo goleador en partidos de se- lecciones. Se escapó de su tocayo Ronaldo, el Gordo brasileño, y quedó a sólo cinco de Ferenc Puskas, que sumó 89 en sus presentaci­ones con la maravillos­a Hungría de los años 50. CR7 dio un salto gigantesco con su triplete y se puso a tiro de la antigua gloria del Madrid. Que las casualidad­es no existen.

Cristiano generó el penal que el italiano Gianluca Rocchi pagó al contado; fue vivo para salir del evidente offside en el nacimiento de la jugada del segundo tanto, en el que tuvo la valiosa colaboraci­ón de las débiles manos de De Gea. Y sedujo a Piqué a hacerle falta en los últimos minutos para después poner el tiro libre en un ángulo (a lo Messi, a lo Cristiano) evitando el estirón de Busquets, último en la barrera.

Hizo todo Cristiano. Jugó, como a veces no juega en el Madrid. Casi tomando el papel que Benzema hace para él en su club, trabajó para Guedes que suele ser implacable en el Valencia y ayer falló la que el portugués le fabricó sabiamente.

Fue tan grande lo de Cristiano que además dejó mensajes para todos: Messi, aquí estoy. Y lo retó en el comienzo del Mundial. Hoy, Leo tiene la palabra ante Islandia, un rival mucho menor que España y con diez compañeros que no están mucho mas arriba que los diez portuguese­s de ayer. Desafió a sus eternos rivales de la Liga (los catalanes Piqué, Alba, Busquets), le ganó a su compañero y capitán (Ramos). Y le dejó la pistola sobre el escritorio a Florentino Pérez.

Fue tan grande lo de Cristiano que su 3-3 empalideci­ó la fenomenal lección de futbol que dio España, víctima del monstruo que ayudó a construir en su equipo más emblemátic­o. Larga vida al fútbol de España, defensor de la idea a pesar de todo y he ahí su enorme valor que excede el resultado circunstan­cial. Larga vida a Cristiano. Tan grande como cree que es y, a veces, también lo es.

 ??  ?? Madrugón. Nacho le cometió el foul a los dos minutos y Cristiano facturó con segguridad.
Madrugón. Nacho le cometió el foul a los dos minutos y Cristiano facturó con segguridad.
 ??  ?? Especialid­ad de la casa. Cara interna por fuera de una barrera con las torres (Piqué y Busquets) puestas para cubrir el palo del arquero. La ejecución perfecta sentenció el resultado en Sochi.
Especialid­ad de la casa. Cara interna por fuera de una barrera con las torres (Piqué y Busquets) puestas para cubrir el palo del arquero. La ejecución perfecta sentenció el resultado en Sochi.
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina