El Mundial ofreció su primer gran golpe: México tumbó a la poderosa Alemania
El último campeón del mundo cayó ante una formación que venía cuestionada por fiestas y por nivel, y que jugó un gran primer tiempo. Enorme fiesta azteca en Rusia y en México.
La primera fecha de este Mundial, hasta ahora, entregó algunas sorpresas: Islandia, hueso duro de roer, pudo aguantar los embates de Argentina y consiguió un empate histórico; España, que no mostró secuelas post escándalo Lopetegui, de todas formas quedó casi de rodillas ante el talento de Cristiano Ronaldo; y Brasil, ese eterno candidato, trastabilló ante una Suiza que por momentos se quebró, pero que no llegó a romperse. Sin embargo, nada de todo esto se compara con lo que le sucedió a Alemania, que perdió ante México y le sumó un nuevo capítulo a la maldición del campeón: ningún equipo que defendía la corona ganó en su debut en los últimos tres últimos Mundiales.
Está claro: el Tri fue el protagonista del primer gran impacto en Rusia, nada más y nada menos que ante la todopoderosa Alemania. Pero en la previa nadie intuía algo así, o al menos nadie fuera de las fronteras mexicanas. Las credenciales con las que llegaban los centroamericanos daban para dudar, tanto en lo futbolístico como en lo extrafutbolístico. Si tomamos en cuenta este último aspecto, el escándalo se había adueñado de México en las últimas semanas: antes de partir a Rusia, un grupo de jugadores fue apuntado porque presuntamente habían participado de una fiesta sexual durante una jornada libre que había otorgado el técnico, el colombiano Juan Carlos Osorio. Todo esto fue desmentido por Javier Hernández, delantero del equipo, pero el clima en el país del tequila ya estaba enrarecido.
Lo que pasaba adentro de la cancha tampoco era esperanzador. Si bien consiguieron el boleto a Rusia con tranquilidad -ganaron las Eliminatorias de la Concacaf con 21 puntos, cinco más que Costa Rica-, esta generación de jugadores todavía tenía en sus espaldas lo sucedido el 18 de junio de 2016. Aquel día, por la Copa América Centenario, Chile goleó 7-0 al equipo dirigido por Osorio, en la que fue una paliza histórica. Desde ese momento, el DT fue mirado de reojo, a tal punto que ayer, en Luzhniki, su apellido fue silbado por sus hinchas en la previa, cuando fue nombrado por la voz del estadio. Ahora, todo cambió. Con un planteo casi perfecto en el primer tiempo (les jugó de igual a igual a Kroos y compañía) y con un poco de fortuna en el segundo, el colombiano le ganó la batalla táctica a Joachin Löw, y ahora es aclamado en cada una de las calles aztecas. “Este partido lo habíamos planeado hace seis meses”, se sinceró el DT, que contó con las grandes actuaciones de Hirving Lozano (autor del gol) y Guillermo Ochoa en el arco.
Para Alemania, claro, la decepción fue absoluta, algo parecida a la que sintió en el Mundial 1982, cuando perdió 2-1 ante Argelia. Todas las dudas que el actual campeón del mundo mostró en los amistosos previos a Rusia 2018 -en los que perdió ante Austria y venció con dificultades a Arabia Saudita- se potenciaron en este debut. “No pudimos imponer nuestro estilo. En la primera parte jugamos muy mal. Parecíamos nerviosos...”, graficó Löw sin anestesia. Ya sin Miroslav Klose -máximo goleador de la historia de los Mundiales; ya retirado-, no hubo demasiados cambios en la base del equipo con respecto a Brasil 2014. Tampoco los hubo en la manera de jugar. Sin embargo, esta derrota pone en jaque a un país en el que nada sucede por azar -mucho menos el fútbol-, y en el que la planificación es la base de todo. Por eso no resulta extraño que sea una referencia a seguir en el mundo de la pelota, más allá de los resultados. Ahora, claro, el desafío es nuevo para esta Alemania moderna, acostumbrada al éxito: recuperarse rápidamente de un duro cachetazo.