Clarín - Deportivo

Uruguay ganó con sufrimient­o para meterse en octavos de final

Sin mostrar buen juego avanzó a la próxima ronda, igual que en las ediciones de Sudáfrica 2010 y Brasil 2014.

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Se podrá decir, claro, que Uruguay pudo haber sufrido menos y disfrutado más. Pero aun después de una victoria 1-0 contra Arabia Saudita, gracias a un gol que llegó por un error garrafal del arquero rival, la Celeste sabe que cada alegría es digna de ser atesorada: el triunfo lo metió entre los mejores 16 equipos del Mundial y ya sabe que su camino tendrá al menos un capítulo más. Otra alegría, en un proceso que arrancó con el cuarto puesto en Sudáfrica 2010 y hace sonreír a un pueblo que respira fútbol.

Arabia Saudita dio muestras en los primeros minutos de haber entendido la dura lección que se había llevado con el 0-5 del partido inaugural ante Rusia. Con la intensidad que reclamó el DT Juan Antonio Pizzi luego de esa bofetada, los saudíes obstaculiz­aron los intentos del mediocampo uruguayo por avanzar y mostraron precisión para generar circuitos de juego. Del otro lado, también Tabárez había tomado nota de un debut en el que se sufrió mucho para alcanzar el 1-0 final ante Egipto. Ubicó por los costados del mediocampo a Carlos Sánchez y el Cebolla Rodríguez, dos viejos conocidos de los argentinos, en lugar de Nahitan Nandez y de Giorgian De Arrascaeta, inexpresiv­o en el primer partido. Así, con dos volantes de calidad jugando en su puesto na-

tural, intentó sumar fluidez en el juego. Y aunque no lograba prevalecer en el juego, tardó poco en hacer la diferencia.

Uruguay apeló a la vieja receta de la pelota parada para poder festejar. Segurament­e alarmado por el gran poderío del rival en el área, Al Owais trató de cortar un corner pero falló el manotazo, con tanta mala suerte de que la pelota cayó en los pies de uno de los mejores delanteros del mundo. Casi sorprendid­o por semejante regalo, Suárez, que había fallado tres veces contra Egipto en situacione­s claras, esta vez no perdonó y la empujó a la red.

En el medio juego, de todas maneras, Uruguay seguía siendo superado por momentos. Un clásico del equipo de Tabárez, que suele resignar la pelota ante rivales inferiores y apuesta a lastimarlo­s de contraataq­ue. Pero cuando tenía el balón y trataba de progresar, se encontraba con dificultad­es. Arabia movía inteligent­emente la pelota y hasta estuvo cerca de empatar a los 28, con un remate de Babhir dentro del área chica que se fue por arriba del travesaño. Al ir en busca del empate -resultado que le servía para mantener al menos una mínima chance de clasificac­ión-, el equipo de Pizzi dejaba muchos espacios atrás. Y enfrente estaban Suárez y Cavani, nada menos. Pero Uruguay generó escaso peligro en relación a lo que sus nombres permitían sospechar.

Trató Uruguay de pararse unos metros más arriba en el complement­o. La sensación de riesgo estaba, pero la previsibil­idad de sus ataques, con posiciones bien fijas y poca velocidad, facilitaba el trabajo de la defensa árabe. Eso sí: arriba, Arabia Saudita era poquito y nada, porque nunca tuvo la profundida­d necesaria.

También Tabárez entendió que hacía falta algo más y que parte del problema estaba otra vez en el mediocampo. Así, entraron Lucas Torreira y Diego Laxalt por Vecino y el algo extenuado Cebolla Rodríguez. Pero cambió muy poco. Uruguay se aferró a su defensa aunque enfrente tenía a uno de los rivales más debiles de esta Copa del Mundo porque la victoria le permitía pasar a octavos de final por tercer Mundial consecutiv­o, por primera vez en su historia. Y así fue.

 ?? REUTERS ?? Esta vez no falló. Luis Suárez conecta al gol tras la pésima salida del arquero saudita. Fue en su partido 100 con la camiste celeste.
REUTERS Esta vez no falló. Luis Suárez conecta al gol tras la pésima salida del arquero saudita. Fue en su partido 100 con la camiste celeste.

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