Clarín - Deportivo

Cuando el fútbol no oculta las heridas de la guerra

Xhaka y Shaquiri festejaron imitando a águila de la bandera de Albania, en conflicto con Serbia.

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Suiza se convirtió en el primer equipo en dar vuelta un partido en el Mundial, pero el 2-1 ante Serbia no será recordado por eso. Es que Granit Xhaka, a los 7 del segundo tiempo, y Xherdan Shaquiri, en el último minuto del partido, festejaron sus goles con el gesto político más importante de lo que va del torneo. Y la FIFA, fiel a ese estilo al menos peculiar, podría sancionarl­os por mezclar el fútbol con la política. Como si ambos no estuvieran interconec­tados desde tiempos ancestrale­s.

¿Qué es lo que sucedió? Ambos jugadores suizos celebraron sus tantos juntando sus manos para formar unas alas de águila en movimiento. El águila de la bandera de Albania, que está en conflicto con Serbia porque no reconoce la independen­cia de Kosovo, cuyos habitantes son en su mayoría albanos. La Guerra de los Balcanes tiene heridas que nunca dejarán de sangrar.

Shaqiri, de origen albano-kosovar, irrumpió en el fútbol internacio­nal como el Messi suizo. Pero su carrera no logró el andar que muchos pronostica­ron, más allá de que jugó en equipos importante­s como Bayern Munich. El zurdo de 26 años nació en Gnjilane, Kosovo, y emigró a Suiza con sus padres, azotado por las circunstan­cias. Creció mirando a Serbia (ex Yugoslavia) como

el vecino malo. Entonces, no dudó un instante el delantero: después de definir de zurda por debajo del arquero, en el último minuto, salió despedido a festejar el 2-1 con manos en forma de águila. Fue una reivindica­ción a sus raíces y un mensaje al mundo.

Sus botines también hablaron: en uno tenía la bandera de Suiza y en el otro la de Kosovo. El jugador había subido una imagen de los botines en las redes sociales y fue visto en Serbia como una provocació­n. “Haría lo que fuera por jugar por Kosovo. Siento que esa es mi identidad”, sostiene Shaqiri. Un dato: en 2012, el atacante jugó ante Albania y puso en sus zapatos las banderas de Suiza, Albania y Kosovo. E hizo un gol y no lo gritó.

Xhaka había marcado el empate parcial ante los serbios, que se habían puesto en ventaja con gol de Mitrovic, y también festejó con el águila albanesa. La historia del mediocampi­sta del Arsenal es similar a la de Shaqiri: su padre, Ragip, se tuvo que exiliar en Suiza luego de estar varios años en prisión. Y en la tierra de Roger Federer nació Granit, en 1992. Su hermano Taulant es futbolista profesiona­l y representa a Albania.

“El mundo puede no conocer la historia, pero alcanza con preguntarl­e a cualquier albano para entender lo que sentimos. Un equipo que ni siquiera está en la Copa del Mundo metió dos goles. El resultado fue Serbia 1- Albania 2”, comentó Xhaka tras el partido. Y cerró: “Le dedico el triunfo y el gol a mi familia”. ¿Llegará la sanción de la FIFA? Continuará...

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AP Águila. “Un equipo que no está en la Copa del Mundo metió dos goles”, dijo Granit Xhaka sobre Albania.

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