Otra definición dramática, ahora entre Colombia, Senegal y Japón
Asiáticos y africanos tienen 4 puntos; los de Pekerman uno menos. Polonía, eliminada, juega de árbitro.
De la mano de dos de sus futbolistas más virtuosos, un inspirado James Rodríguez y un efectivo Juan Fernando Quintero, Colombia (3 puntos) ha recuperado el juego bonito y la alegría que la hicieron brillar en Brasil 2014. Esa franca mejoría en su rendimiento, que ilusiona a todos con la clasificación a los octavos de final, intentará reflejarla plenamente en un duelo muy exigente ante Senegal (4), que apira nuevamente a dar la sorpresa como en Japón-Corea 2002.
Colombia alcanzará su boleto si en Samara derrota a los senegaleses, pero también si empata y en el otro choque del grupo H, en Volgogrado, pierde Japón (4) ante Polonia (0).
“Está muy apretado el grupo. Han demostrado sus armas en cada uno de los partidos. Hay que luchar por ese triunfo...Es un partido muy difícil porque se juega la clasificación”, comentó José Pekerman.
El regreso de Carlos Sánchez, tras cumplir la suspensión por expulsión, es la novedad en el conjunto colombiano. Es baja el defensor Abel Aguilar, con una molestia muscular.
Por su parte, el entrenador senegales Aliou Cisse admitió que Colombia tiene un estilo de juego similar al de su seleccionado, porque a ambos les “gusta el compromiso y la velocidad“. Por eso espera un encuentro muy reñido, aunque confía en la respuesta de sus jugadores: “Es uno de los mejores equipos, pero le podemos ganar. No me cabe la menor duda”.
Japón depende de sí mismo solo dos meses después de que sus esperanzas parecieran remotas tras los resultados adversos en los amistosos y las fuertes críticas que forzaron el cambio de entrenador. Increíblemente, hasta una derrota lo favorecería para lograr su pase a la siguiente fase si Senegal supera a Colombia.
Polonia, ya eliminada, apuntará a recuperar ese orgullo perdido por haber sufrido dos derrotas y despedirse de la mejor forma con una victoria en su despedida del Mundial.