La maldición de Tigre: estar en ventaja y empatar siempre 2-2
Ante San Martín de San Juan era un duelo directo para escaparle al descenso. Error de Batalla en el primer gol.
Sumar siempre es una prioridad, más con la presión de la urgencia. En un duelo directo entre dos equipos que necesitan puntos para escaparle al descenso, Tigre y San Martín de San Juan armaron un partido entretenido pero que les dejó un sabor a poco.
Para Tigre fue un castigo porque no aprovechó su momento y terminó cediendo una victoria que le era vital. Para San Martín (mantuvo la distancia de 13 puntos en los promedios con su rival) representó un pre- mio devaluado, porque volvió a resignar puntos afuera de su casa y sigue al límite en la zona de descenso.
Los empates, a esta altura, siempre restan. Y no sirven para consolidar una propuesta de juego. Tigre eso lo sabe muy bien. Igualó 2 a 2 en sus tres partidos en la Superliga y nunca pudo sostener la ventaja que había conseguido. Los sanjuaninos llegaron a este partido con medio equipo distinto al de la fecha pasada pero mostraron debilidades que a la larga le pueden costar caro.
Venía cuestionado Ledesma. No solo por el flojo comienzo del certamen, sino también por la prematura eliminación en la Copa Argentina (ante Central Córdoba de Santiago del Estero) y por algunas diferencias internas al haber relegado a un referente histórico como Luna. La obligación de mostrar una mejor imagen llevó a su equipo a asumir el protagonismo.
Con una línea del mediocampo virtuosa, el conjunto local siempre intentó proponer. Por momentos atacó y fue incisivo. En otros, se replegó y se complicó. En la primera jugada que tuvo de riesgo se encontró con el gol. Se inició con Pérez García, que al observar el offside de Vera, cedió un toque corto para Cavallaro, quien giró y con el arco de frente no lo dudó: sacó un formidable derechazo para sorprender a Ardente (llevaba 273 minutos sin recibir goles) y la colocó en el ángulo superior izquierdo.
San Martín tuvo interesantes movimientos y cuando se animó, encontró espacios con reflejos rápidos por las escaladas de Jonatan Goitía y Nazareno Solís por ambos flancos. Pero se repitió en envíos aéreos para Alvarenga, quien estuvo muy contenido y no pudo ni supo sacar provecho de su metro 93 de altura. Los sanjuaninos encontraron el empate tras una mala salida de Batalla. Solís metió un caño exquisito y Bravo corrigió una pifia de Alvarenga para el 1 a 1.
En el amanecer del complemento, Tigre otra vez se puso arriba. Tras una recuperación formidable de Prediger, un avance vertical para ceder un pase a Cavallaro y éste habilitó a Morales, quien con un toque sutil dejó sin respuestas a Ardente. ¿Por qué Tigre cedió terreno y pelota y dejó crecer a su rival? Pareció confundirse y en esa duda, San Martín creció. Controló mejor la pelota en el medio y en una volea de Solís tuvo una inmejorable chance para la igualdad que Moiraghi alcanzó a desviar en la línea. Los nervios de la tribuna contagiaron al equipo y Tigre se cerró contra su arco. Al rato, otra vez Solís remató fuerte, tapó a medias Batalla y Cardozo recogió el rebote para poner el empate. Nadie lo pudo creer. O sí: ya es un mal que persigue a Tigre en este comienzo.