Derrotar a los enormes Springboks se empieza a convertir en costumbre
Fue la tercera victoria en tres años ante un gigante del Hemisferio Sur. El mismo rival de la enorme gesta de 1965.
Los Pumas volvieron a dar un golpe histórico y lograron que la sensación mutara en certeza: en los últimos años, los Springboks son el gigante al que el equipo argentino más se le anima. Con la conseguida en Mendoza, se llegó a tres victorias contra Sudáfrica, con la particularidad de que todas se sucedieron en los últimos tres años.
Cada choque Puma con este rival tiene un gusto distinto al resto. Tal vez se deba al recuerdo de la gira que le dio origen al apodo del equipo, allá por 1965, cuando Argentina venció a los Junior Springboks por 11 a 6 el 19 de junio de aquel año con tries de Marcelo Pascual (la célebre “palomi- ta”), Eduardo España y Raúl Loyola, más una conversión de Poggi, O por aquella gesta de 1982, en la que el conjunto albiceleste, denominado Sudamérica XV porque a causa del apartheid se había dejado al seleccionado sudafricano al margen de las competencias oficiales, ganó 2112 en Bloemfontaine, con el 100% de los puntos anotados por Hugo Porta.
De todos modos, y aunque el espíritu no cambiara (de hecho, ¿habrá éxito mayor que el que hizo nacer la leyenda?) aquellos logros no contaban en las estadísticas oficiales entre argentinos y sudafricanos.
Hubo que esperar. Hubo que tragar saliva, cerrar el puño y lamentar un 16-16, en 2012, en esta misma ciudad que hoy explotó de orgullo Puma. Fue una de esas tantas ocasiones en que los sabores se mezclaban en el paladar. ¿Alegría por el empate ante una potencia o bronca por no conseguir el primer triunfo?
Tal su costumbre, el seleccionado argentino no se rindió. En 2015, un año después de vencer a Australia por primera vez desde 1997, se logró la hazaña. Justo a los 50 años de aquella gira histórica y en suelo sudafricano, Los Pumas superaron a los Springboks en Durban (allí donde cayeron la semana pasada) 37 a 25.
Esa del 8 de agosto fue otra página dorada para ese año en que el equipo que todavía conducía Daniel Hourcade escribía sus mejores páginas, como el cuarto puesto en el Mundial.
Un año después, en 2016, se repetiría la historia, pero esta vez con el público argentino como principal testigo. En Salta, un penal de Santiago González Iglesias marcó las diferencias definitivas, un sufrido -al estilo Puma- y bien festejado 26 a 24.
La caída en el rendimiento de 2017, año en que se cerró el Rugby Championship sin sumar siquiera un punto, impidió anotar el tercer éxito en igual cantidad de años. Fue, al cabo, el comienzo del fin para el ciclo Hourcade. Pero la llegada de Mario Ledesma, a quien el grupo ya le había respondido con la camiseta de Jaguares, devolvió el espíritu al equipo y se consiguió otro éxito contra los Springboks.
Si bien, históricamente, Australia (al que se venció cinco veces) sigue siendo el más “accesible” de las tres potencias del Hemisferio Sur, hoy por hoy (con unos Wallabies establecidos de nuevo bien arriba internacionalmente), Sudáfrica se presenta como el rival a vencer. Y Los Pumas lo hicieron de nuevo.