Un Barcelona fastidioso por el campo y ayudado por el VAR
No lucieron Messi ni el equipo, y en la última jugada la revisión arbitral evitó el empate. El gol lo hizo Dembelé.
Cumplió el trámite. Barcelona hizo lo que tenía que hacer. Lo que se esperaba. Superó a uno de los recién ascendidos a La Liga, sumó su segundo triunfo y está en la cima de la tabla. Pero lo hizo en un trámite incómodo, con un desempeño deslucido para lo que suele demostrar el conjunto culé.
Y sin goles ni gran protagonismo de Lionel Messi, lo que es inusual.
En un campo de juego que atentó contra sus buenas intenciones, el Barça rescató el 1-0 ante el Valladolid con el gol de Dembelé en el segundo tiempo. Y se le pudo haber escapado en la última bola de no haber sido por la intervención del VAR, cuando el local celebraba el empate tras un cabezazo de Keko. El goleador estaba adelantado y el tanto no fue válido.
Barcelona dará vuelta la página rápidamente. También Lionel Messi, que jugó muy lejos del área y fue de mayor a menor en el partido.
Desde el primer minuto quedó claro cuál iba a ser el trámite del partido. A excepción de Ter Stegen todos los jugadores estaban agrupados en el campo del Valladolid.
Piqué era el dueño del primer pase, el que cruzaba el mediocampo y empezaba a comandar al Barça. Después Messi, que jugó como enganche clásico, se encargaba del toque punzante para quebrar la barrera defensiva del local. Sólo se dedicaba a resistir el equipo que acaba de subir a la máxima categoría.
Pero a los del Valverde les faltaba precisión en los metros finales. Un poco por el mal estado del campo de juego (desparejo, lleno de pozos) y otro por no estar en una jornada lúcida, como las habituales para jugadores de la calidad de Dembelé, Suárez, Coutinho o el propio Messi.
La chance más propicia para el rosarino en la primera etapa fue un tiro libre en posición ideal, apenas salien- do de la medialuna y frontal al arco. Intentó buscar el ángulo derecho pero su zurdazo salió muy arriba.
El conjunto catalán cerró el primer tiempo con más del 70 por ciento de posesión pero el marcador seguía en cero.
En la segunda parte el Barça potenció su mal día. Es más, el local empezaba a animarse y progresaba en el campo justo cuando Dembelé pudo finalmente destrabar el juego tras una proyección a fondo de Sergi Roberto por derecha para alcanzar con lo justo un buen pase de Lucho Suárez y meterla de cabeza al corazón del área. Allí llegó el francés, definió cruzado y rompió el partido. Los locales protestaron porque entendieron que la pelota había salido del campo an- tes del cabezazo de Sergi Roberto.
Valió lo que costó para los de Valverde. Porque fue una noche con más fastidio que claridad, con pases que no circulaban con la exactitud habitual debido al mal estado del césped, con pocas conexiones colectivas. Y sin los arranques individuales que suelen rescatarlo.
Messi, como siempre, es el símbolo del equipo. Y en esta ocasión el argentino fue el resumen de la incomodidad del conjunto culé. Leo no pudo convertirle un gol a su ex compañero Josep Masip, quien hubiera sido el arquero número 178 en sufrir sus festejos por goles en la Liga.
Si lo único que había para rescatar eran los tres puntos, en la última pelota del partido casi se le escurren al Barcelona. Porque Keko entró y ganó de cabeza en el corazón del área, mandó la pelota al fondo de la red y salió a gritar desaforado lo que era el empate histórico del Valladolid. Pero la euforia se apagó con la tecnología. El árbitro, apoyado por la revisión del VAR, anuló correctamente el tanto por posición adelantada.
Fue la última escena de un partido en el que Barcelona no pudo hacer pie aunque ganó igual.