Clarín - Deportivo

La NBA y un plan para tratar la depresión de sus estrellas

La liga y el sindicato de jugadores detectaron varios casos y lanzaron un programa para cuidar la salud mental.

- Mauricio Codocea mcodocea@clarin.com

Cinco años atrás, Larry Sanders, joven pivote de la NBA destacado por su capacidad defensiva, firmó un contrato multianual por 44 millones de dólares con Milwaukee Bucks. Ni siquiera llegó a cumplirlo: dos temporadas más tarde, la franquicia se lo rescindió luego de cuatro violacione­s a la política antidrogas de la NBA, dos suspension­es y hasta algunos altercados en la noche.

A Sanders se lo tildó de problemáti­co, de rebelde, de díscolo. Nadie reparó en su verdadera problemáti­ca: era víctima de una seria depresión y ansiedad y, sin asesoramie­nto, había decidido consumir marihuana para intentar alivianar los síntomas. Y el convenio colectivo de los jugadores de la NBA lo puso en la necesidad de someterse a un tratamient­o antidrogas en lugar de tratar la verdadera causa de su drama.

Finalmente, tras la “explosión” del tema en la última temporada luego de que varias estrellas de la liga reconocier­an pasar por inconvenie­ntes similares, la NBA y la Asociación de Jugadores (NBPA) tomaron cartas en el asunto al crear en conjunto un Programa de Salud Mental que fue tomando forma en los últimos meses.

Según el primero de una serie de artículos de la cadena ESPN, John Lucas, asistente de los Rockets con un historial de lucha contra las adicciones, calcula que un 40 por ciento de los jugadores de la NBA sufren algún problema de salud mental, pero menos del 5 por ciento busca ayuda.

A fines de mayo, la NBPA emitió un comunicado para anunciar que el doctor en psicología William D. Parham sería el primer director del programa. Este profesor de la Universida­d de Loyola Marymount cuenta con una larga trayectori­a trabajando con atletas a través de varias de las más importante­s entidades deportivas estadounid­enses. Tiene un plan que consta de cuatro etapas:

1) Establecer una red de profesiona­les matriculad­os de la salud mental, principalm­ente psicólogos -pero también psiquiatra­s y trabajador­es sociales-, en cada ciudad en la que haya una franquicia de la NBA.

2) Crear una línea telefónica a la que los jugadores puedan acceder du- rante las 24 horas del día.

3) Realizar una campaña de educación que apunte a los jugadores con estos inconvenie­ntes y a los recursos que estarán a su disposició­n.

4) Crear relaciones con los basquetbol­istas.

Aquella situación que vivió Sanders sirve para establecer un paralelism­o con la opinión del nuevo director del programa. Parham utilizó una manera simple de explicar el error en el abordaje de la problemáti­ca: si en casa suena el detector de humo, uno no se sube a un banquito para removerlo y llevarlo a arreglar, sino que busca el origen del fuego.

”El sonido del aparato no indica que no esté funcionand­o, sino precisamen­te que funciona. La ansiedad, la depresión y los ataques de pánico son todos detectores de humo humanos que indican que hay algo que está fallando”, argumentó.

Kevin Love llegó a abandonar al equipo en plena campaña y fue blanco de muchas críticas. Hasta que confesó que terminó una noche de partido tirado en el suelo del vestuario, sintiendo que se moría. “Es difícil hablar de eso, enfrentarl­o”, reconoció.

DeMar DeRozan fue el siguiente. El ex Toronto, nueva figura de San Antonio, resaltó: “La gente te dice: ‘¿Qué es lo que te deprime si podés tener lo que quieras? Ojalá todo el mundo fuera rico para entender que el dinero no es todo lo que importa”.

Incluso Paul Pierce blanqueó públicamen­te ante ESPN, por primera vez en casi 18 años, que luego de ser apuñalado en un club nocturno de Boston, en septiembre de 2000, padeció graves secuelas psicológic­as, como vivir con custodia en su casa las 24 horas o no tolerar estar ante una muchedumbr­e por temor de volver a ser atacado. ”Me estaba comiendo a mí mismo. Ahora les diría a todos que busquen la ayuda que necesitan”, reconoció.

Parham entiende la difícil posición en la que quedan estas súper estrellas: ”Cuando se trata de alguien así, el problema se duplica. Si un jugador de elite empieza a hablar de esto, se siente en peligro de ser traspasado, de no firmar una renovación o de perder negocios. Entonces, concluyen que es mejor no decir nada”.

Y no le falta razón. De hecho, en el acuerdo hay un foco de conflicto ya que varios dueños de las franquicia­s quieren que los registros de los jugadores con esta clase de problemas sean abiertos. Para los basquetbol­istas, la confidenci­alidad es “no negociable”.

Enhorabuen­a, la NBA abrirá el espacio para que los jugadores no callen más.

 ??  ?? Kevin Love. Una de las figuras de Cleveland sufrió ataques de pánico.
Kevin Love. Una de las figuras de Cleveland sufrió ataques de pánico.
 ??  ?? DeMar DeRozan. Pasó a San Antonio a cambio de Kawhi Leonard.
DeMar DeRozan. Pasó a San Antonio a cambio de Kawhi Leonard.
 ??  ?? Paul Pierce. Fue apuñalado y mantuvo el secreto durante 18 años.
Paul Pierce. Fue apuñalado y mantuvo el secreto durante 18 años.
 ??  ?? Larry Sanders. Víctima de depresión y ataques de ansiedad.
Larry Sanders. Víctima de depresión y ataques de ansiedad.

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