Clarín - Deportivo

Desde la gloria en 2009, alternó grandes torneos con faltazos

El argentino tiene una relación con altibajos con el único Grand Slam que conquistó en su carrera.

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En el Abierto de Estados Unidos, Juan Martín Del Potro ganó en 2009 su único Grand Slam. Pero desde aquella edición, su historia en Flushing Meadows es una de altibajos, con varios lindos recuerdos y tres faltazos forzados por los problemas en sus muñecas.

Tras la final ganada a Roger Federer con 20 años por 3-6, 7-6 (7-5), 4-6, 7-6 (74) y 6-2, en fue la primera gran pesadilla para Del Potro. La muñeca derecha lo forzó a pasar por el quirófano en mayo y lo tuvo alejado de las canchas hasta fines de septiembre, por lo que se bajó de Flushing Meadows.

En 2011, llegó a Nueva York como el 18° del ranking y en su tercer partido no pudo con el francés Gilles Simon (12°). Llegó 2012 y Del Potro aparecía como amenaza para Roger Federer y Novak Djokovic, pero fue el serbio el que puso fin a su camino en los cuartos de final por 6-2, 7-6 (7-3) y 6-4.

Sin brillar, y con rendimient­os irregulare­s pasó Del Potro, sexto del ranking, por la edición 2013. El australian­o Lleyton Hewitt, ex número uno del mundo, lo eliminó en la segunda ronda por 6-4, 5-7, 3-6, 7-6 (7-2) y 6-1. Desde Australia 2011 que el argentino no se despedía tan temprano de un “grande”.

El tandilense convivía desde hacía un año con dolores en la muñeca izquierda, pero no quería saber nada de volver al quirófano y sufrir con otra recuperaci­ón. Tras cerrar 2013 con títulos en Tokio y Basilea y una final en Shanghai, comenzó 2014 con un festejo en Sydney. Pero luego de caer en la segunda ronda del Abierto de Australia, los dolores se agravaron y tras probar sin éxito con la fisioterap­ia, en marzo volvió a operarse.

No volvió a jugar en ese 2014 y en 2015 se sometió a dos nuevas operacione­s en la muñeca, en enero y en junio. Así pasó dos años sin pisar Flushing Meadows. Dos años en los que sufrió emocionalm­ente por estar alejado de las canchas y llegó a pensar en el retiro.

Todo cambió en 2016, cuando arribó a Nueva York como el 142° del ranking. Lo que vivió en Flushing Meadows excedió lo deportivo. Porque más allá de que se despidió en cuartos con derrota ante Stan Wawrinka, a la postre campeón, terminó llorando de felicidad como un chico gracias a la ovación del público. “Puedo haber perdido, pero jamás olvidaré esto. Fue algo mucho más fuerte que ganar. Me hicieron muy feliz y no me importa el resultado”, comentó.

Y el año pasado fue vibrante su paso, porque venció a Federer en cuatro sets emocionant­es (7-5, 3-6, 7-6 (10-8) y 6-4) y se metió en semis. Luego Nadal fue demasiado para él: lo venció 4-6, 6-0, 6-3 y 6-2. Pero esa derrota no logró opacar el balance final de un torneo que le cambió la cabeza al argentino, que ahora llega como número 3 del mundo.

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REUTERS 2009. Con 20 años, Del Potro le ganó la final a Roger Federer.
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AP 2016. La emoción de Delpo cuando lo ovacionaro­n ante Wawrinka.

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