Noche de “sociales” con Mauro en el banco y abrazos de viejos amigos
“No quise exponerlo a todo lo mediático”, dijo Guillermo. Lo que iba ser una “guerra” fue un día de buenas ondas.
Finalmente y pese a todo lo que se dijo en la semana, Mauro Zárate no jugó ni un minuto contra su ex equipo. Sin embrago el delantero no pasó inadvertido. Entró caminando junto al resto de los jugadores de Boca y se fue directamente al banco de suplentes sin cruzar mirada ni amagar a saludar a sus ex compañeros de Vélez. Recién al final con el 3-0 consumado, Zárate se saludó con los rivales con los que había compartido la temporada anterior. Fue el broche de una tarde donde hubo varias sociales, algunas plenas de morbo por todo lo previo.
“Hubo un 50 por ciento y un 50 por ciento para que Mauro no entrara. Pero la decisión fue mía. No había terminado el partido en Paraguay, que todo el mundo me preguntaba si lo iba a poner contra Vélez. Decidí no ponerlo para no exponerlo a lo mediático”, comentó Guillermo cuando terminó el partido. No tuvo necesidad durante el juego de recurrir a Zárate. Ya el 2-0 del primer tiempo era cómodo y prefirió recurrir a Benedetto y a Villa. Y de mantener un rato más a Tevez.
Fue Tevez, curiosamente, quien rompió el hielo de esa tirantez anterior al Boca-Vélez por el affaire Mauro. Mientras Echenique preparaba el comienzo, Carlitos buscó a Heinze y lo estrechó en un abrazo fuerte. Quedó buena onda de los tiempos de Selección. Ambos integraron el plantel en el Mundial de Sudáfrica.
Hubo otro abrazo que pocos pudieron justificar porque falló la memoria: Pablo Pérez también se abrazó al Gringo Heinze. Coincidieron en el Newell’s campeón en 2013.
Los mellizos Guillermo y Gustavo también fueron a saludar a Heinze después recibir de los dirigentes de Boca plaquetas recordatorias y camiseta con el número 100, conmemorando la cantidad de partidos dirigiendo al equipo.
La noche también trajo otra ovación: el “Olé/ Olé... Pipa/Pipa...” fue para la vuelta de Darío Benedetto en la Bombonera y en un partido de la Superliga. El delantero se había roto los ligamentos cruzados derechos el 19 de noviembre pasado en la derrota 2-1 con Racing, también en la Bombonera. Entró a los 28 minutos del segundo tiempo por Abila y rozó el gol. Domínguez le desvió un remate que luego dio en el travesaño.
Los hinchas de Vélez clamaban en las redes sociales la presencia de Fabián Cubero en el equipo. Imaginaban un ajuste contra Zárate. Poroto, ausente en los primeros partidos, fue al banco. Fernando Gago descansó. Vio el partido desde la boca del túnel. y también hizo sociales. Su fugaz paso por Vélez le dejó algunos afectos entre los veteranos (Cubero) y gente de utilería y cuerpo médico.