A Unión el empate le cayó mejor, en un clásico santafesino muy pobre
Disputaron 90 minutos intensos pero faltó calidad técnica. El apoyo de 35 mil hinchas no le sirvió a Colón.
Desde el juego, malo. Desde la intensidad, bueno. Desde lo defensivo, correcto. Desde el resultado, diferente para cada lado. Está claro, el punto lo dejó mejor parado a Unión, conquista que podrá revalidar en su cancha, y dejó un sinsabor en Colón que ante su gente no pudo -pero peor, no supoimponerse. Fue un 0 a 0 más cómodo para uno que para otro.
La superioridad de Unión en la primera parte fue el resultado de su orden táctico y de la pobreza futbolística, estratégica y actitudinal de Colón. Con poco, Franco Soldano se elevó por encima del resto en el rendimiento, bajando todas las pelotas aéreas e incluso saliendo a zona de gestación por las bondades que otorgaba un solitario Adrián Bastía y un inexistente acompañamiento. Eduardo Domínguez quiso imponer condiciones con jugadores sin recuperación y más vocación ofensiva pero salió herido en esa primera mitad por un planteo sobrio del rival.
A los dos minutos Jonhatan Botinelli se encontró solo frente al arco y de cabeza falló en el área chica. Después, encontró mejores circuitos de juego Unión y encima ejercía más presión sin la pelota sobre los volantes sabaleros. Los duelos individuales en las “quintitas” eran siempre favorables a los visitantes y cada tiro libre cerca del área de Burián y cada córner llevaban cierto peligro.
Una situación insólita se vivió a los 25 minutos de esa primera parte, cuando Joaquín Papaleo, que reemplazaba a Nereo Fernández descartado por lesión, debió abandonar -entre lágrimas- el juego por una molestia visual tras un choque con Guillermo Ortiz. Tuvo que ingresar el juvenil Marcos Peano.
El complemento suponía otra realidad para Colón, se sospechaba que iba a salir herido en su orgullo, con más vehemencia. Y lo hizo pero tibiamente. Desconectado los delanteros de los mediocampistas, sin cambio de ritmo y con un Alan Ruiz de muy bajo rendimiento, no supo utilizar a su favor el gigantesco marco de público (más de 35 mil personas). Javier Correa y Marcelo Estigarribia fueron los únicos que se destacaron, con esfuerzo y entrega y algunas pinceladas. Los cambios, tardíos, le dieron algo más de actitud pero no juego ni llegadas. Algo tendrán que reprocharse: patearon una vez al arco del tercer arquero de Unión, que se quedó y mucho en el segundo tiempo. El partido, malo, se fue diluyendo y el 9 a 0, los expuso a los dos. Incluso al ár- bitro, Fernando Rapallini, que pareció quedar preso de la compensación para sacar el partido adelante.
Leonardo Madelón fue quien se fue más entero de este partido que suele dejar secuelas cuando hay vencedores y vencidos. Más herido se debe haber ido Eduardo Domínguez, que aún no encuentra el ADN de su equipo y la gente, de a poco, ya se lo está haciendo saber: aún no ganó en la Superliga.
Fue un partido feo porque en esta clase de partidos nadie quiere perder. Una lástima porque fue mi último clásico”. Adrián Bastía. (Colón)
Valoro que se sigue invicto y que demostramos que somos un equipo maduro. Ahora, hay que ganar de local”. Franco Soldano. (Unión)
Para nosotros, no encontrar el triunfo, preocupa. De todos modos, nos preparamos para cosas importantes ”. Alan Ruiz. (Colón)