Clarín - Deportivo

Del Potro y Djokovic van por la gloria después de la resurrecci­ón

Se enfrentan a las 17 (hora argentina) en Nueva York, con el número 3 en juego. Delpo busca repetir el título de 2009.

- Luciana Aranguiz laranguiz@clarin.com

Los dos saben -porque lo vivieron en carne propia, aunque en distintas escalaslo que es sentir que el cuerpo, maltratado por un circuito desgastant­e, no responda. Los dos saben lo que es no poder agarrar una raqueta y hacer lo que mejor saben hacer, jugar al tenis, porque las lesiones obligan a parar. Y los dos saben cuánto cuesta volver a empezar y resucitar de entre las cenizas para regresar a esa elite a la que pertenecen. Juan Martín Del Potro y Novak Djokovic atravesaro­n en los últimos años momentos difíciles. Pero, ejemplos de resilienci­a, no bajaron los brazos y hoy estarán cara a cara en la final de uno de los torneos más importante­s del mundo del tenis.

El tandilense, número tres del mundo, y el serbio, sexto del ranking, definirán -desde las 17 de nuestro paísel título del Abierto de los Estados Unidos, en un duelo que hace poco más de doce meses pocos se hubieran animado a pronostica­r.

Cuando en agosto del año pasado, el cicuito enfocaba su atención otra vez en Flushing Meadows, ni Delpo ni Nole vivían un gran momento.

Djokovic había anunciado en julio, tras despedirse en los cuartos de final de Wimbledon, que no jugaría por el resto de la temporada para recuperars­e de una lesión en el codo derecho. Del Potro había dejado atrás la pesadilla por las tres operacione­s en la muñeca izquierda que lo habían mantenido alejado de las canchas por casi dos años -entre 2014 y 2015 jugó apenas seis torneos- y lo había hecho caer hasta el puesto 1.045 del ranking. Sin embargo, algo no andaba bien en la previa de su Grand Slam preferido.

Porque aunque había disfrutado un regreso soñado en 2016 -con medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Río, cuartos de final en Nueva York, título en Estocolmo y consagraci­ón en la Davis-, la primera parte de 2017 no fue la esperada. Y cuando llegó a Nueva York, tras una floja gira de preparació­n, el argentino admitió que le estaba costando “encontrar la motivación para jugar”.

Pero todo cambió sobre el cemento neoyorquin­o y ese torneo le devolvió las ganas, la ilusión y la confianza. Y el tandilense cerró el año con una sonrisa y a un paso del top 10.

Mientras Delpo empezaba a disfrutar otra vez, Djokovic se preparaba para agarrar de nuevo la raqueta.

En enero el serbio tuvo un primer regreso frustrado en Australia. Y tras caer en octavos en Melbourne, anunció que pasaría por el quirófano en febrero porque el codo se resistía a sanar. Luego de la operación, le costó recuperar su nivel. Pero fue de a poco y en Roland Garros -donde alcanzó los cuartos- dio muestras de que el viejo Nole estaba de vuelta.

Tras su debut en París, el ex número uno, que cayó hasta el 22° escalón del ranking, reconoció que Del Potro lo había inspirado para no bajar los brazos durante su inactivida­d.

“Volver a ser quien fui es un desafío. No soy el primer jugador en enfrentar este tipo de circunstan­cias. Del Potro me viene a la mente. Es alguien que se enfrentó a cosas peores y ahora es de nuevo top en el mundo. Eso es impresiona­nte”, comentó el serbio, que siguió su ascenso con festejos en Wimbledon y en Cincinnati.

También Del Potro continuó creciendo. El argentino, que conquistó este año su primer Masters 1.000 en Indian Wells, fue semifinali­sta en Roland Garros y alcanzó por primera vez el top 3 del ranking, fue levantando el nivel y llegó a Nueva York con el mejor tenis de su carrera y una solidez y una claridad mental que nunca antes se le habían visto.

En las últimas temporadas, los dos protagoniz­aron historias de superación, aunque en distintos niveles. Y hoy estarán cara a cara en la final del último Grand Slam del año. Del Potro tratará de repetir el festejo de 2009 y sumar su segundo grande. Djokovic irá por su 14° trofeo en esta categoría y el tercero en Nueva York, adonde ya ganó en 2011 y 2015.

El ranking marca que el tandilense es el favorito. El historial inclina la balanza a favor del serbio, que lidera 14 a 4. En la cancha todo puede pasar.

Porque la final del Abierto de Estados Unidos la protagoniz­arán dos jugadores que no saben lo que significa rendirse. Y eso garantiza, al menos, que el partido será un espectácul­o digno de la ocasión.

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AFP El as de espadas. Del Potro y su derecha, clave para derrotar a Nadal. La necesitará para ser campeón.
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AFP Concentrac­ión. Uno de los grandes argumentos de Djokovic. Así pasó a Nishikori. Así irá por Del Potro.
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