“Si River y Boca juegan la final de la Libertadores se para el mundo, no el país”
Leonardo Ponzio habla de un posible choque superclásico en la Copa y a partir de allí se mete en otros temas: el presente de los dos equipos, las peleas mediáticas, la importancia de lo mental en el fútbol, el próximo cruce con Independiente...
De solo pensarlo, los corazones se aceleran. Y empiezan a latir más fuerte. En una vereda y en la otra. Las frentes sudan a pesar de que aún es algo hipotético. Muchos hinchas ya
piensan en pedirle a su médico que les recete algún calmante. “Qué me duerman y me despierten después”, dicen otros. ¿Qué pasaría si sucede? “Si River y Boca juegan la final de la Copa Libertadores, se para el mundo. No sólo el país, el mundo”, afirmó Leonardo Ponzio, el capitán de River, en una charla mano a mano con Clarín, bajo el sol de Ezeiza. -Ya le ganaron a Boca una final este año. ¿Ese antecedente puede darles un plus si tienen que enfrentarse en otra final? -Son casos diferentes pero desde ahí tuvimos un click y encontramos una racha positiva en cuanto a resultados y a juego. Pero esto es fútbol y desde el otro lado querrán ganar y nosotros también, siguiendo la línea en la que estamos, que nos da estabilidad. -Pratto dijo que eran mejor equipo que Boca por el carácter que tienen adentro de la cancha. ¿Coincidís? -Comparaciones van a haber siempre con Boca. Hoy estamos los dos bien, en la misma instancia de Copa Libertadores, así que no podemos decir que uno está mejor que el otro o que uno tiene más y el otro menos. Nos ocupamos de lo nuestro. Después hay que demostrar en la cancha y ahí se verá quién es mejor. Y lo que dijo Pratto lo habrá dicho porque se siente con confianza, pero queda ahí. -No quedó tan ahí porque Tevez salió a conestarle... -Nosotros tenemos una línea a la hora de hablar que no tenemos que pasarla. Ni desvalorizar al otro, ni pegarnos por demás a nosotros. Después, cada uno es responsable de lo que diga, siempre y cuando lo que se diga no se malinterprete ni se saque de contexto. Al declarar hay que ser vivo y coherente y tener respeto porque de una palabra se puede hacer un título y no es lo que buscamos, ni el grupo ni Marcelo (Gallardo). -¿En ese partido de la Supercopa no creés que hubo un ejemplo de fortaleza mental? Venían jugando mal y perdiendo muchos puntos… Y en ese partido se vio otro equipo... -Es que muchas cosas pasan por la cabeza. Y si todo va por la cabeza, tenés confianza y sentís que un partido puntual puede ser el camino para poder levantar, te mentalizás mejor. -¿River tiene más fortaleza mental que el resto? -River encontró una manera en la
que cuando tiene exigencias de máximo nivel supo responder porque nos preparamos para eso. Lo que hemos logrado en estos años con Gallardo es querer dejar todo en la cancha para ser alguien en este club, porque representamos a mucha gente de este país. Tenemos el gran valor de respetar al grupo y a la institución. Y nos gusta competir siempre.
-¿Y esa es la razón por la cual al equipo se lo ve con más voracidad en la Copa que en la Superliga?
-Sí. Lo que pasa es que en los últimos años los calendarios de los torneos locales son distintos a los de la Libertadores. El inicio del campeonato coincide con el momento en que buscás llegar a ganar la Copa. Y nos ponemos como prioridad lo que tenemos más a mano para llegar al objetivo, que ahora es la Libertadores. -¿Se trabaja la mente para el fútbol? -Sí. Y es buenísimo. Hace poco dimos una charla con Facundo Manes en el club de mi pueblo (Williams Kemmis de Las Rosas) en el que jugué y coincidíamos en que puede haber mucho talento pero si no le aportás lo mental, se desperdicia. Y lo mental tiene que ver en cómo enfrentar las cosas, en no reprimirse si salen mal, sino encararlas de otra manera y buscarle solución, en saber entender por qué pasan, en tratar de manejar la ansiedad. Tener cabeza es lo principal. Y como la exposición es grande, trabajar la mente sirve mucho.
-¿Cómo te sentiste viendo de afuera el partido con Racing?
-A pesar de no haber podido jugar me sentí bien porque vi que estábamos bien representados. Mis compañeros estuvieron al nivel que había que estar. Algo incómodo también porque me hubiese gustado estar, pero me mandé yo la macana (sic) en una situación inconsciente por cómo me tiré al piso cuando ya tenía amarilla. Pequé de inocente y me quedé afuera. -¿Te preocupó el futuro de River en la Copa con lo del caso Zuculini? -River estaba exento de todo eso porque lo que había que hacer con anterioridad, lo hizo. Después se armó un revuelo porque del otro lado su propia gente pedía que reaccionaran ante una situación así y eso hizo que se manifestaran de una forma que por ahí no es válida.
-Ahora volvés contra Independiente. Otro clásico. ¿Cómo ves esta serie? -Difícil, como fue la de Racing. Independiente está jugando bien e imagino partidos abiertos en los que ellos van a proponer y nosotros vamos a ir de la misma manera. La Libertadores en los últimos tiempos está demostrando lo que es: una Copa muy difícil en la que enfrentás a equipos que la han ganado y que entienden su valor. -¿Y si la ganan tendrá otro sabor?
- Sí. Queríamos algo parecido a la Champions y estamos viendo una Copa con muchos equipos brasileños y argentinos grandes más alguna revelación que siempre compite.
-¿Se van a enfrentar los dos mejores equipos de los últimos años en el fútbol argentino?
-Por convicciones, sí. Además son equipos que han marcado una época en sus instituciones.
-Enfrente va a estar Ariel Holan, con quien trabajaste cuando estaba en el cuerpo técnico de Almeyda en River. ¿Cómo analizás lo que está haciendo en Independiente?
-Está haciendo un buen trabajo. Y en el lugar en el que quiere estar. Es hincha, lo manifiesta y la dirigencia va atrás de él.
-¿Lo veías con chances de ser el técnico que es ahora?
-No, me sorprendió, pero se ve que tiene capacidad. En su momento lo veía con muchas ganas y voluntad. Y eso seguramente le dio un impulso. -¿Puede salir el campeón de la Copa de este cruce?
-Y... Es una serie importante. Pero lo que viene después también es bravo. Al ser cuartos de final, si pasás, quedás entre los cuatro mejores y podés agarrar un envión grande. Pero no te podés confiar. Ya lo sabemos por la semifinal con Lanús del año pasado que se nos escapó de las manos. Y si volvemos a estar en esa situación, no creo que se nos vuelva a escapar.