La actuación de Lo Celso reabrió la duda: ¿por qué no jugó en Rusia?
El ex Central fue figura ante Guatemala y convirtió un golazo. Sampaoli no lo puso ni un minuto en el Mundial.
La brisa fresca de la noche californiana envolvió el inicio del recorrido de esta nueva Selección, post fracaso en el Mundial. Y precisamente, alguien que estuvo en Rusia, aunque -inexplicablementeno jugó ni un solo minuto, alzó la bandera de la renovación. Giovani Lo Celso (8 puntos), el zurdo exquisito de 22 años, fue lo mejor de un equipo que tuvo a los protagonistas más destacados en la zona neuráglica del mediocampo. Porque al ex Rosario Central se le sumaron la pegada y los pases de Leandro Paredes (7) y el gran despliegue de Exequiel Palacios (7). En esos tres intérpretes fieles del discurso del debutante entrenador (en la Mayor), Lionel Scaloni, estuvo la clave de la resolución de un partido ante un equipo de tercer nivel, como Guatemala. La goleada se explica en las actuaciones individuales de los volantes que condujeron al equipo, distribuyeron juego y hasta tuvieron presencia en el área centroamericana.
Por qué Lo Celso no jugó en el Mundial es uno de los tantos misterios que envolvieron el nefasto ciclo de Jorge Sampaoli al frente de la Selección. Clarín se lo preguntó a Scaloni (quien integró el cuerpo técnico en la cita mundialista) y el santafesino de Pujato respondió: “¿Qué querés que te diga? Lo Celso es un jugador extraordinario que tiene que dejar atrás lo que pasó. Ya se lo dijimos a él: tiene que pensar en el futuro. Y él es uno de los chicos del futuro de la Selección”.
El rosarino mostró en la cancha técnica, habilidad, manejo y buena pegada. Estaba feliz al final y se le notaba: “Teníamos que empezar con el pie derecho y lo hicimos. Vestir la camiseta de la Selección es lo más lindo que hay”. Antes ya había dicho lo que quería decir sobre el Mundial: “No fue lo queríamos, dolió y mucho, pero es el momento de dar vuelta la página. Lo único que sé es que desde el primer día estuve al ciento por ciento, intenté aprender de los jugadores que tenía al lado y sacarle el jugo a cada entrenamiento. Después, no dependió de mí”. Así, de ser “el socio ideal” de Messi en las prácticas y en algunos amistosos, Lo Celso terminó viendo el Mundial desde el banco.
Las comparaciones son odiosas, dicen. Pero Paredes aportó más en 45 minutos que varios de los mediocampistas que pasaron por Rusia con la camiseta celeste y blanca sin pena ni gloria. El ex Boca, hoy en el fútbol ruso, demostró que ya no es solo aquel enganche lagunero y se transformó en un “todo terreno”. Sobresalió por su pegada precisa, que lo llevó a adueñarse de todas las jugadas de pelota parada desde la derecha, y por sus pases filtrados. Palacios, el pibe de River, encabezó la renovación de una Selección donde, en este primer amistoso, debutó un equipo entero (11) en la Mayor. Simple para tocar, elegante y con presencia en el área.
Los del fondo, arquero incluido, tuvieron un partido tranquilo. Sobresalió Renzo Saravia (7), el último de los convocados. Pasó al ataque seguido, intentó asociarse con Pavón y tiró unos cuantos buenos centros siempre a la cabeza de un compañero. Rulli (6) casi fue un espectador en el arco. La dupla Pezzella (6) y Ramiro Funes Mori (6) se complementó sin complicaciones. El capitán Nicolás Tagliafico (6) estuvo correcto y más participativo en la segunda etapa.
Gio Simeone (7) parecía un chico (más chico de lo que es) con juguete nuevo. Disfrutó y metió un golazo. Cristian Pavón (5) empezó bien y las terminó mal. Si hubiese estado fino, Argentina se llevaba una goleada para la historia. Gonzalo Pity Martínez (6) encaró bien, pero fue intermitente. Su gol de penal -zurdazo fuerte y cruzadoquedó para la historia: es el primero de esta nueva era.
De los que entraron en el segundo tiempo se destacó Santiago Ascacíbar (6): importante en la marca y en la recuperación. Alan Franco (6) puso la misma clase que en su club. En cambio, el Monito Matías Vargas (5) no consiguió desequilibrar como en Vélez. Y el Mudo Franco Vázquez (5) deslizó alguna pincelada, pero no consiguió ser el eje creativo. Los dos quedaron en deuda y tendrán que aprovechar mejor las oportunidades.