Clarín - Deportivo

El debut soñado para la España de Luis Enrique: 2-1 a Inglaterra en Wembley

Rashford abrió el marcador. El G-4 de la Liga de Naciones sigue el martes con otro gran duelo: España-Croacia.

- Waldemar Iglesias wiglesias@clarin.com

Luis Enrique aplaude al costado de la cancha, bajo el cielo de Wembley, estadio repleto y enorme, territorio de mitologías. Ahí, en Londres, ante 81.392 espectador­es, el entrenador de España luce feliz. No es para menos: ya no le queda nada al partido que su selecciona­do, La Roja, le está ganando 2-1 a Inglaterra. por el Grupo 4 (G-4) de la A de la Liga de Naciones.

El Mundial fue una decepción para los campeones del mundo en 2010. Ya se terminaron los mágicos días de Andrés Iniesta. Ahora, tras el tropie- zo en Rusia, Luis Enrique asoma como el nuevo entusiasmo. El ex conductor del Barcelona -asturiano, 48 años- ganó nueve títulos en tres temporadas con el gigante catalán.

Tras un breve descanso volvió a escena. “Mejor inicio imposible”, cuenta el diario Marca desde el lugar de los hechos. La sonrisa ancha de Luis Enrique también da cuenta del episodio y de la sensación.

Fue un partido cambiante entre dos campeones del mundo, esas atractivas particular­idades que esta nueva competició­n de Europa se permite ofrecer. En poco más de media hora sucedió casi todo lo más relevante...

Se puso en ventaja Inglaterra, que jugaba mejor, que se mostraba más audaz, más vertical, más intenso. Marcus Rashford -protagonis­ta ofensivo del Manchester United de José Mourinho- fue el autor del primer tanto. Iban 11 minutos.

En breve, 120 segundo después, llegó

el empate, un hito en el partido. Cuando España parecía adormecida, aceleró Dani Carvajal, apareció Rodrigo para asistir y Saúl Ñiguez -crédito del Cholo Simeone en Atlético de Madrid- estableció la igualdad.

Apenas superada la media hora, Rodrigo -delantero del Valencia, una de las principale­s apuestas del nuevo técnico de España- marcó el segundo tanto con un valioso anticipo. La Roja se mostraba encantada.

Lo que continuó fue un partido previsible. Inglaterra con el deseo de llegar. España con la voluntad de defenderse con la pelota. Correspond­e decirlo: estuvo para el empate de Los Fundadores; estuvo para el golpe definitivo de La Roja. Pero no pasó nada de todo eso. Ni siquiera en los nueve minutos que brindó de descuento el árbitro holandés Danny Makkelie.

“Me voy muy contento. Me encantó la mentalidad y espero que siempre la tengamos. Fue una gran prueba”, dijo Luis Enrique. A gusto.

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