Clarín - Deportivo

Los Pumas apelaron a su corazón de gigantes para llevarse un triunfo histórico

El selecciona­do argentino no jugó bien, pero encontró la manera de marcar diferencia­s ante Australia en Gold Coast. Matera fue el abanderado de la actitud.

- Mariano Ryan mryan@clarin.com

Cuando Israel Folau, uno de los mejores full backs del mundo devenido en wing por las obligacion­es de triunfo que tenía Australia en el Rugby Championsh­ip, encaró la defensa argentina con decisión y potencia segundos después de escucharse en Gold Coast la bocina que marcó el final de los 80 minutos reglamenta­rios,

chocó, casi literalmen­te, contra una pared. Porque salieron a buscarlo Boffelli, Moroni y Lavanini. Y fue el segunda línea el que con su tackle pleno de fiereza le hizo perder la posesión para decretar el gigantesco triunfo de Los Pumas por 23 a 19 sobre Australia.

Esa actitud de ir a buscar la pelota, esas ganas de quedarse con el triunfo por sobre cualquier otro ítem, fue justamente lo que llevó al equipo argen- tino a conseguir una victoria que en tierras australian­as no se daba desde 1983, con aquellos Pumas ganadores en Brisbane de la mano de Rodolfo O’Reilly afuera de la cancha y de Hugo Porta adentro.

El de ayer fue un partido que debe analizarse sobre todo desde lo psicológic­o, justamente. Porque está claro que Los Pumas pueden jugar mucho mejor. Pero aún sin alcanzar su techo, con errores de manejo, con un scrum que está muy lejos del ideal (además el fijo australian­o es inferior al de los All Blacks y los Springboks), con algunos errores que posibilita­ron que los Wallabies llegaran dos veces al try en el primer tiempo, el selecciona­do ganó y quedó con la moral bien alta para la última etapa del torneo, con las próximas visitas de los All Blacks (en Vélez) y de los propios australian­os (en Salta) dentro de dos y tres semanas, respectiva­mente.

La actitud tapizó todo lo demás, entonces. Los Pumas, que no siempre leyeron bien los momentos del partido -Nicolás Sánchez no estuvo tan fino en la conducción como lo venía siendo-, jugaron un encuentro con su corazón y garra históricos. Y tuvieron en la enorme figura de Pablo Matera a su bandera en ese rubro clave del rugby: el de la actitud.

Alguna vez, el año pasado y en una charla de café, un integrante del staff de Daniel Hourcade respondió la pregunta de Clarín. “¿Qué jugador argen-

“Creo que la defensa y el pack hicieron un partido enorme; en cambio, no creo que yo haya jugado bien”. Nicolás Sánchez “Hay algo medio intangible que los chicos están viviendo y eso está buenísimo; pero nos falta todavía”. Mario Ledesma

tino podría jugar en cualquier selecciona­do del mundo, incluido los All Blacks?”, fue el interrogan­te. “Pablo Matera. El es un jugador primera clase”, fue la respuesta concreta. Y contundent­e. Como contundent­e fue cada tackle que metió, cada pelota que recuperó y cada metro que ganó con la pelota en su poder (si hasta metió un rastrón digno de un gran apertura). De la mano del ala, Los Pumas edificaron un triunfo en un partido que tuvo a dos equipos tan peligrosos y efectivos en ataque -es imponente el estado de gracia en el que están los wines Delguy y Moyano- como a veces tan endebles en defensa.

Hay que destacar que Los Pumas estuvieron siempre en partido. En el resultado y en el juego, aún con esos errores que se marcaron. Tacklearon -y en eso Lavanini fue un león con 12 aciertos sobre 12 intentos en el rubro y ningún penal cometido-, pusieron la pelota adelante y la defensa mejoró hasta hacerse infranquea­ble después de recibir el segundo try a los 20 minutos del primer tiempo.

Ahora habrá dos semanas para preparar la revancha ante Nueva Zelanda. Los All Blacks llegarán con el orgullo herido por la derrota sufrida ante Sudáfrica, pero el rostro de Mario Ledesma post victoria marca un detalle: la seriedad del entrenador es el símbolo de un hombre altamente exigente con sus jugadores. Y eso merece respeto. Hasta de los propios campeones del mundo...

 ?? AFP ?? Potencia y freno. Israel Folau, uno de los tres cuartos más desequilib­rantes del mundo, intenta avanzar desde el fondo australian­o pero es detenido por Matera, Lavanini y Petti.
AFP Potencia y freno. Israel Folau, uno de los tres cuartos más desequilib­rantes del mundo, intenta avanzar desde el fondo australian­o pero es detenido por Matera, Lavanini y Petti.

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