Rigamonti, la muralla que privó a Newell’s del triunfo
Belgrano jugó mal y sigue complicado con el descenso. Su arquero volvió a ser figura y lo salvó de la derrota.
Belgrano tenía la chance, en su siempre difícil cancha, de ampliar la ventaja sobre Tigre y San Martín de San Juan, rivales directos en la lucha por no descender que arrancaron esta fecha con derrotas. Sin embargo no lo aprovechó, aunque al menos rescató un punto ante un Newell’s que mereció llevarse la victoria.
El equipo de Omar De Felippe mostró una notable mejoría, anímica y futbolística. Y, por rendimiento, le puso un freno a su mal presente en esta Superliga, donde sumaba un empate y tres derrotas. Apenas tuvo una sonrisa por su clasificación en la Copa Argentina, pero en el certamen venía golpeado y también mirando con preocupación la tabla de promedios.
Si Newell’s no se llevó, como merecía, los tres puntos de su excursión a Córdoba fue gracias, una vez más, a César Rigamonti. Entre sus acciones destacadas el arquero tapó tres situaciones muy claras: tres a Leal y una a Fértoli.
Rigamonti, que había sido fundamental hace poco ante River en el Monumental para aguantar un increíble 0 a 0, mostró su excelente presente en un mano a mano en el que Leal intentó picarle la pelota y el arquero le negó la chance. También, llegando exigido abajo para frenar un zurdazo de Fértoli. Rigamonti estuvo siempre ubicado en el lugar justo y con los reflejos encendidos para abortar cualquier peligro.
La actitud y el esfuerzo de Newell’s le permitieron controlar casi a volunta el primer tiempo. Más allá del susto inicial, a los dos minutos, que le dio Brunetta con un derechazo desde afuera que pegó en un poste. La precisión, el orden y un esquema compacto le dieron el control del juego al equipo rosarino.
Belgrano volvió a carecer de un generador de fútbol y mostró espacios largos entre sus líneas. Nunca llegó la pelota clara a los metros finales. En el segundo tiempo, cuando Newell’s bajó un poco la presión, ofreció algo más de despliegue , sobre todo por el lado de Lértora. Pero, de todos modos, siguió dominado por la tibieza y la ausencia de profundidad.
“En nuestras casa no podemos dejar escapar puntos. Tendremos que ir corrigiendo errores y trabajar para no caer en lo mismo. Nos complicamos solos. Dejamos mucha distancia entre las líneas., estuvimos muy largos y ellos nos ganaron las segundas jugadas”, declaró un autocrítico Rigamonti. Mientras tanto, sus manos y su capacidad siguen impidiendo el naufragio del barco pirata.