Clarín - Deportivo

River se reencontró con la sonrisa local y los goles de Mora en el momento ideal

El uruguayo aportó dos de los cuatro festejos. La pelota había salido en el primero y hubo muchas polémicas.

- Nahuel Lanzillott­a nlanzillot­ta@clarin.com

Vení, River. Vení, hacete amigo de la Superliga. Hacía tiempo que no se lo veía por estos lados, tan con la cabeza puesta en el ámbito continenta­l. Tenía descuidado el torneo local. Cuatro empates en fila lo habían metido en una zona gris, que lo iba alejando de los primeros puestos en el inicio de este camino que llegará a su final recién el año que viene. Sin embargo, en una tarde gris, los nubarrones se corrieron para el Millonario que volvió al fin a ser rico en casa. Entre polémicas varias y con Rodrigo Mora preciso frente al arco rival, recuperó los goles y la sonrisa con el 4-1 ante San Martín de San Juan. Le vino justo para encarar con una preocupaci­ón menos en la almohada el duelo copero del miércoles con Independie­nte en Avellaneda y el Superclási­co frente a Boca en la Bombonera.

Enhorabuen­a, River fue River en la Superliga. Paradójico porque vestido con su nueva indumentar­ia violeta parecía otro equipo. Pero, dejando de lado la pilcha poco convencion­al, la banda roja estuvo presente en el juego colectivo. No hubo una figura puntual, sacando el doblete de Rodrigo Mora. En su conjunto gustó y goleó el local, que guardó las piernas de más de medio equipo: Jonatan Maidana, Milton Casco, Leonardo Ponzio, Gon- zalo Martínez, Exequiel Palacios (entró en el segundo tiempo), Rafael Santos Borré y Juan Fernando Quintero.

Nadie recordará que hubo unos 15 minutos de desconcier­to en River. Fue al comienzo, ahí cuando San Martín amagó con jugarle de igual a igual en el mismísimo Monumental. De hecho, tuvo un par de situacione­s como el tiro de Nicolás Da Campo por arriba y el de Nazareno Solís de zurda que tapó abajo Franco Armani, el dueño del área riverplate­nse.

No pasó de una ingenua insinuació­n sanjuanina. River hizo pie en el mediocampo y de una buena recuperaci­ón de Bruno Zuculini, llegó una perfecta combinació­n entre Lucas Pratto y Mora que desembocó en el centro del Oso y el gol del uruguayo, que volvió a saborear el dulce grito después de varios meses (su último había sido el 18 de febrero ante Godoy Cruz). Hubo quejas justificad­as en el visitante porque la pelota se le había ido por completo a Pratto al momento de sacar el pase al medio.

Esta vez el primer asistente, Lucas Germanotta, no levantó su bandera como sí lo había hecho unos minutos antes en una jugada similar que tuvo como protagonis­ta a Ignacio Fernández.

Camilo Mayada, que actuó como lateral izquierdo, estiró la ventaja con una buena trepada, que concluyó con él empujándol­a debajo del arco tras una serie de rebotes. Ese fue su séptimo gol en el club de Núñez. El tercero de River fue el segundo de Mora (se la llevó con la mano ¿con intención?), con esa definición ante un Ardente entregado, expuesto por un mal pase atrás de Claudio Mosca.

Tampoco nadie se acordará que después de ese tanto, River se relajó, San Martín apuró, marcó el descuento con un cabezazo de Facundo Erpen y lo hizo transpirar un par de veces más a Armani, quien evitó otra caída de su valla. Pero en ese momento en el que River parecía volver a generar las dudas del River del inicio de esta Superliga, Da Campo se hizo expulsar por un patadón desde atrás al pibe Palacios. Y la pelota volvió a dominio millonario. Y Enzo Pérez se la punteó a Ardente que juró hasta por la madre que no lo tocó aunque Germán Delfino cobró el penal que convirtió el Pity Martínez (entró por un Scocco apagado).

El recambio le dio resultado al Muñeco Gallardo. River se amigó con los goles y con el triunfo en la competenci­a local justo a tiempo, antes de los cuartos de la Copa Libertador­es y del Superclási­co en La Bombonera. Y sigue estirando su invicto: ya lleva 27 partidos consecutiv­os en total sin perder y su idea es sumarle dos porotos más a esa cuenta al término del domingo que viene.

Es un premio al sacrificio por todo lo que me ha tocado vivir. Los dos goles y volver a ser titular es muy importante”. Queremos ganar la Libertador­es, pero también sabemos que el Superclási­co es lo más importante del fútbol argentino”.

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GUILLERMO RODRIGUEZ ADAMI La ametrallad­ora del gol. Rodrigo Mora había festejado su primer gol simulando ser un pescador. El otro lo celebró así.
 ?? GUILLERMO RODRIGUEZ ADAMI ?? El 1-0. Mora ya pateó y palpita el desenlace.
GUILLERMO RODRIGUEZ ADAMI El 1-0. Mora ya pateó y palpita el desenlace.

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