Demasiado Unión para tan poco Central
La goleada desnudó todos los problemas del conjunto de Bauza, quien esta vez sí fue autocrítico.
Edgardo Bauza sabe que su equipo juega mal. Muy mal. El pésimo funcionamiento colectivo del equipo quedó nuevamente expuesto en el duro chachetazo que le propinó Unión en el Gigante de Arroyito. Pero las alarmas sobre las formas y los modos de buscar los partidos se encendieron desde el comienzo mismo de su ciclo. Los tres primeros triunfos al hilo en la Superliga maquillaron la falta de fútbol. Ahora ese déficit ya no se puede ocultar. Central juega decididamente mal. Y el Patón, un hombre que pinta canas en el mundo del fútbol, lo sabe.
Hasta la tarde de ayer, el entrena- dor se había mostrado reacio a la autocrítica. “Me chupa un huevo lo que dicen”, respondió ante las primeros cuestionamientos. Tampoco se hizo cargo de la poca ambición que tuvo Central en la victoria por penales contra Almagro por la Copa Argentina. ¿Qué le faltó al equipo?”, le preguntaron al finalizar el partido. Bauza miró fijo al periodista y contestó: “Nada”.
Las groseras falencias tácticas y técnicas de ayer ya fueron indisimulables. Bauza asumió por primera vez la culpa por la puesta en escena de su equipo. “Jugamos muy mal por eso perdimos así. Tuvimos muchos errores defensivos que le facilitaron el trabajo al planteo de Unión. No generamos y es uno de los problemas. Cuando uno juega mal, por lo general tiene problemas. No esperábamos una derrota de esta forma”, admitió sin vueltas en la conferencia de prensa.
Tan pobre y preocupante fue lo de Central, que se quedó sin su único gran pilar: el orden. El equipo fue un caos en todas las líneas. Retrocedió siempre mal; quedó largo en defensa y en ataque; no encontró nunca la pelota en la mitad de la cancha (la imprecisión de Néstor Ortigoza fue todo un síntoma), no lastimó por las bandas y casi no pisó el área rival en todo el partido. La goleada, entonces, se explica por las virtudes de Unión, pero también por las enormes ventajas que entregaron los rosarinos.
Leonardo Madelón es hoy la antítesis de Bauza. Su equipo tiene identidad, conceptos aceitados, mucho orden y jugadores que cumplen a la pie de la letra. El partido de Unión fue casi perfecto. Lo maniató con un inteligente planteo táctico y no lo perdonó cuando estuvo frente al arco. Demasiadas virtudes para tantos errores de su rival de turno.